VISITA DE MARÍA A UN RELIGIOSO MORIBUNDO
Refiere el P. Engelgrave que un religioso vivía tan atormentado por los escrúpulos, que a veces estaba casi al borde de la desesperación; pero como era devotísimo de la Virgen de los Dolores, recurría siempre a ella en sus luchas espirituales y contemplando sus dolores se sentía reconfortado.
Le llegó la hora de la muerte y,
entonces, el demonio le acosaba más que nunca con sus escrúpulos y lo tentaba
de desesperación.
Cuando he aquí que la piadosa Madre, viendo a su pobre hijo
tan angustiado, se le apareció y le dijo: ¿Y tú hijo mío, te consumes de
angustias cuando en mis dolores tantas
veces me has consolado? Hijo mío, ¿por
qué te entristeces tanto y estás lleno de temor, tú que no has hecho más que
consolarme con tu compasión de mis dolores?
Jesús me manda para que te consuele; así que ánimo, llénate de alegría y ven conmigo al paraíso.
Jesús me manda para que te consuele; así que ánimo, llénate de alegría y ven conmigo al paraíso.
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