Entonces llamó a un arcángel
Que san Gabriel se decía,
Y lo envió a una doncella
Que se llamaba María,
De cuyo consentimiento
El misterio se hacía;
En la cual la Trinidad
De carne al Verbo vestía;
Y aunque tres hacen la obra
en el uno se hacía;
y quedó el verbo encarnado
en el vientre de María.
Y el que tenía solo Padre,
Ya también Madre tenía,
Aunque no como cualquiera
Que de varón concebía,
Que de las entrañas de ella
Él su carne recibía;
Por lo cual Hijos de Dios
y del hombre se decía…
San Juan de la Cruz
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A la hora de expresarse tengamos en cuenta la ley de la Caridad