MARÍA, LLÉVAME TRAS DE TI
Llévame tras de ti, ¡oh Virgen María!, para que yo corra al olor de tus perfumes. Llévame, por que estoy atado por el peso de mis pecados y la malicia de mis enemigos.
¡Oh María!, con tus santas oraciones, Tú enseñas la verdadera sabiduría, Tú alcanzas la gracia a los pecadores; Tú eres su abogada, Tú prometes la gloria a quién te honra, por que eres la tesorera de las gracias.
Tú encontraste gracia ante los ojos del Señor,
¡oh dulcísima Virgen!; Tú, que fuiste preservada de la mancha original; Tú que estabas llena del Espíritu Santo y que concebiste al hijo de Dios.
¡Oh humilde María!, no has recibido todas estas gracias solamente para ti, sino también para nosotros, para que nos asistas en todas nuestras necesidades.
R. Jordan
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A la hora de expresarse tengamos en cuenta la ley de la Caridad