¿Y TU, CÓMO ME SIGUES?


Queridos hermanos y hermanas,

¡Yo no sé si os pasa! Pero, a veces, leyendo el evangelio Jesús me descoloca. Dice unas cosas que te quedas un poco asombrado. Como hoy. Y hoy lo hace hablando de un tema que nos toca a todos de cerca: el seguimiento. Hoy la manera de expresarse de Jesús es provocativa y descolocadora. Y no lo hace porque sí, para provocar y ya está, sino que en la provocación hay un mensaje.

Hoy contemplamos como Jesús llama a dos a seguirlo: “Sígueme”. Los dos dan respuestas razonables. Uno, tiene el padre muy enfermo y le pide de posponer el seguimiento hasta que entierre a su padre. El otro, le pide que le deje ir a despedirse de su familia antes de seguirle. ¿Son dos respuestas, objeciones, razonables? Pienso que sí.

Entonces, ¿por qué Jesús responde de aquella manera? (“Deja que los muertos entierren a sus muertos... El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios”). Sus respuestas vienen a decir: “¡olvídate del padre, olvídate de la familia, i seguidme!”. ¿Por qué se expresa así?

Habla provocando, pero en la provocación hay un mensaje: Jesús quiere manifestar la radicalidad de la llamada y del seguimiento. Nada puede pasar por encima de la llamada y el seguimiento a Jesús. Cosa que nos remite al primer mandamiento de la ley de Dios: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”.



Seguir a Jesús por encima de todo, dos ejemplos: ¡Seguir a Jesús sobre todas las cosas, también de la familia! “El domingo viene familia a comer, ya no vamos a misa.” ¡Mal! Porque, entonces, Jesús no está por encima de todo.

Segundo ejemplo: “Los inmigrantes no me caen bien”. ¡Mal! A los inmigrantes no los hemos de respetar,... ¡¡los hemos de amar!! sean de donde sean. Si no lo hacemos así estamos poniendo nuestra sensibilidad personal por encima del mensaje de Jesús. ¡Mal! Porque, entonces, Jesús no está en el centro de todo.

Parece que a través del texto, Jesús, por un lado, nos pregunte ¿y tú, cómo me sigues?, y, por otro lado, parece que Jesús nos invite a un seguimiento más intenso de su persona.

¿Y tú, cómo me sigues? Preguntémonos. ¿Qué quiere decir seguir a Jesús?, ¿quiere decir ir a misa?, ¿quiere decir rezar tres minutos antes de ir a la cama?, ¿quiere decir no hacer mal a nadie? ¿Qué quiere decir seguir a Jesús? Imagino que hay muchas respuestas. Yo doy la mía, seguir a Jesús es desear ser como Él, desear vivir como Él, es desear amar como Él, pensar como Él, actuar como Él, sentir como Él, compadecerse como Él, que su misión llegue a ser la nuestra. Estos deseos nos llevan a establecer una relación personal con Jesús, y, por tanto, a concretar unos medios para vivir esta relación que nos transforma. Nos hace falta, a mí, el primero, seguir haciendo camino en el seguimiento de Jesús. ¡Que cada día lo sigamos mejor!

A veces, puede parecer que quien se toma seriamente el seguimiento de Jesús, es menos libre que los demás. “Es que si obedezco a Dios no soy libre”. “Es que si he de ir a misa no soy libre”. Cuando los padres, o los abuelos, hacen una cosa buena a favor de los hijos o nietos, ¿son menos libres? ¿están perdiendo la libertad? Si entendemos tener libertad como hacer lo que me da la gana, quizás, sí. Ya lo dice San Pablo: “Hermanos, vuestra vocación es la libertad: no una libertad para que se aproveche la carne”. Pero, si entendemos la libertad como la capacidad de hacer el bien, como hace San Pablo a continuación. Entonces, hacer una cosa a favor de los hijos o nietos, o ir a misa, te hace más libre, porque estás haciendo crecer tu capacidad de hacer el bien. San Pablo: “Hermanos: Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado”.

La libertad es la capacidad de hacer el bien, la capacidad de amar. Por tanto, el camino del seguidor de Cristo, es el camino de la verdadera libertad. En Cristo encontramos la auténtica libertad. Jesús nos regala la libertad.


Cuánta sabiduría en las palabras de San Pablo. La libertad no es hacer lo que me viene de gusto, sino, servir a los demás por amor. Y esta libertad, la vamos adquiriendo en el seguimiento de Jesús...

Francesc Jordana



Comentarios

Entradas populares