VIRGEN FIEL, PODEROSA Y CLEMENTE (ORACIÓN DE JUAN PABLO II A LA VIRGEN)
¡Oh Virgen naciente, esperanza y aurora de la salvación para
todo el mundo!, vuelve benigna tu mirada maternal hacia todos nosotros,
reunidos aquí para celebrar y proclamar tus glorias.
¡ Oh Virgen fiel, que fuiste siempre solícita y dispuesta a
recibir, conservar y meditar la Palabra de Dios!, haz que también nosotros, en
medio de las dramáticas vicisitudes de la historia, sepamos mantener siempre
intacta nuestra fe cristiana, tesoro preciado transmitido por nuestros padres.
¡Oh Virgen poderosa, que con tu pie aplastas la cabeza de la
serpiente tentadora!, haz que cumplamos, día tras día, nuestras promesas
bautismales, con las que hemos renunciado a Satanás, a sus obras y seducciones,
y sepamos dar al mundo un gozoso testimonio de esperanza cristiana.
¡ Oh Virgen clemente, que siempre has abierto tu corazón
maternal a las invocaciones de la humanidad, a veces lacerada por el desamor y
hasta, desgraciadamente, por el odio y la guerra! enséñanos a crecer, todos
juntos, según las enseñanzas de tu Hijo, en la unidad y en la paz, para ser
dignos hijos del único Padre celestial. Amén.
Juan Pablo II
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