SI SUFRIMOS, CON EL TAMBIÉN REINAREMOS
Si hay una lección que podemos aprender de la Pasión, es que
Jesucristo sabe cómo aguantar una bofetada y más. Cuando le arrebataron sus
ropas y lo vistieron con una garra púrpura sucia no se dejó caer con el primer
golpe, aguanto eso y muchas horas más de vejaciones.
Continua a nuestro lado, cumpliendo con su promesa
de que estaría con nosotros y con su Iglesia «hasta la consumación del siglo»
(Mateo 28, 20).
Los fieles de los últimos tiempos están llamados a acompañar
a Jesucristo en su tabernáculo, imitando a la Santísima Virgen y a san Juan que
permanecieron al pie de la cruz en medio del desorden y el sacrilegio. Su
ejemplo es una pauta para todos los verdaderos apóstoles de los últimos
tiempos. Nuestra vocación como cristianos es caminar con Él y en Él y compartir
su cruz, para así poder compartir algún día en su resurrección, según san
Pablo: «Si sufrimos, con Él también reinaremos» (2 Timoteo 2, 12). Que sea
este, entonces, nuestro justo propósito, conscientes de que este camino real de
la cruz nos llevará directamente al Reino de los Cielos.
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