El Santo patrón de los hombres

  Sí, es así. Como ya hemos tenido ocasión de afirmarlo, San José es el santo patrón de todos los hombres: de los hijos, de los padres, de los novios y de los esposos; de los seminaristas, sacerdotes, de los consagrados; de obreros, trabajadores, educadores; de los emigrantes... y hasta de los agonizantes. 
  Y cómo no de la Iglesia Universal como señalaba el beato Juan Pablo II: «Al igual que cuidó amorosamente a María y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo, también custodia y protege su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo» (Exhort. ap. Redemptoris Custos)
  "¿Cómo ejerce José esta custodia?- preguntaba hace un año el Papa Francisco,- con discreción, con humildad, en silencio, pero con una presencia constante y una fidelidad total, aun cuando no comprende. Desde su matrimonio con María hasta el episodio de Jesús en el Templo de Jerusalén a los doce años, acompaña en todo momento con esmero y amor. Está junto a María, su esposa, tanto en los momentos serenos de la vida como en los difíciles, en el viaje a Belén para el censo y en las horas temblorosas y gozosas del parto; en el momento dramático de la huida a Egipto y en la afanosa búsqueda de su hijo en el Templo; y después en la vida cotidiana en la casa de Nazaret, en el taller donde enseñó el oficio a Jesús.
 ¿Cómo vive José su vocación como custodio de María, de Jesús, de la Iglesia? Con la atención constante a Dios, abierto a sus signos, disponible a su proyecto, y no tanto al propio. José es «custodio» porque sabe escuchar a Dios, se deja guiar por su voluntad, y precisamente por eso es más sensible aún a las personas que se le han confiado, sabe cómo leer con realismo los acontecimientos, está atento a lo que le rodea, y sabe tomar las decisiones más sensatas.
 En él, queridos amigos, vemos cómo se responde a la llamada de Dios, con disponibilidad, con prontitud; pero vemos también cuál es el centro de la vocación cristiana: Cristo. Guardemos a Cristo en nuestra vida, para guardar a los demás, para salvaguardar la creación." Papa Francisco en la Misa inaugural de su Pontificado 2013
  A él confiamos no sólo a tantos cuantos queremos y conocemos y llevan su nombre en nuestra familia cpcr y entre nuestras fieles amistades, también a todos los hombres de cualquier condición y clase social, en cualquier situación en que se encuentren.
 

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