Cual es el secreto de una fidelidad de 60 años?
No tengo ningún secreto, francamente es la
Providencia. Siempre he sido feliz siendo sacerdote, aunque esto no significa
que no haya pasado pruebas, dificultades o sufrimiento pero solo puedo dar
gracias a Dios por mi vida. Esta fidelidad es un gran regalo que Dios me ha
dado. Yo soy una vocación de después de la guerra civil, posterior a los
mártires, y esto hay que tenerlo presente. 5000 sacerdotes fusilados, muchos de
ellos asesinados de la manera más cruel
i también muchos religiosos y seglares... y ya es sabido que la sangre de los
mártires es semilla de cristianos. Soy hijo de unos tiempos muy duros y muy
cristianos, y Dios ayuda mucho. Soy feliz siendo lo que creo que he de ser,
hablando a los hombres de Dios. A mi edad, con 85 años, aún predico ejercicios
espirituales.... para mi, la felicidad más grande es comunicar a los hombres el
amor que Dos les tiene y creo que es lo que más
necesita hoy el mundo.
Hay hambre de Dios?
Por descontado. El hambre que tienen todos
los hombres de todo el mundo, de todas las culturas, es hambre de una vida
feliz. Tienen hambre de una vida que no acabe nunca, y esta felicidad consiste
en querer, en estar seguros que queremos y nos entregamos y que somos queridos
con la misma fidelidad. Esto solo lo puede dar Dios. Hemos ido cogiendo sustitutos
de Dios, cuando el corazón del hombre está hecho por Dios. Hay muchas oportunidades para hablar de Dios
y, a veces, con una sola palabra es suficiente. Si alguien ve la felicidad y la
alegría de los que creen en Dios, es otra manera de predicación. Esta alegría
impresiona a los que no creen.
Mirando atrás, que ve en estos 60 años?
Veo que si hubiera de comenzar de nuevo,
haría lo mismo, sin ningún tipo de duda. En los Cooperadores Parroquiales se
hacía un apostolado muy importante con los ejercicios espirituales ignacianos.
Por aquel entonces eran tandas muy numerosas. La media de ejercitantes por
tanda entre los años sesenta y setenta era de unas 80 personas y con muchas conversiones.
Ahora estamos viviendo una pobreza increíble, con menos días y con mucha menos
gente. Pero yo, aunque solo tenga un ejercitante, hago los ejercicios completos.
No es perder el tiempo, y no sabemos lo que vale un alma! Yo he sido testigo de
conversiones, y de conversiones que se mantienen! Los ejercicios han hecho
muchos santos y continúan haciéndolos.
Son suficientemente apreciados?
Creo que no, porqué los ejercicios nos
dicen que conviene ir contra corriente. También puede haber miedo de
enfrentarse a uno mismo y a toda una realidad en la cual se vive. Lo que hoy en
día se promociona es <<mundo>>. El papa Francisco ha recuperado esta
palabra : <<mundanidad>> . Y qué es el mundo? El Concilio
Vaticano II lo define como aquel conjunto de expresiones de todo tipo
contrarias al espíritu del Evangelio. Y los ejercicios son el Evangelio
codificado para que el hombre pueda el mismo conocerse, descubrir lo que no va
bien en el y acoger de Dios una nueva manera de vivir, con fuerza y energía.
Los ejercicios no son una prueba de santidad, sino una necesidad. Es una experiencia
más que recomendable. Lo que lamento mucho es que se ha reducido la duración de
5 a 3 días, a casi 2, porque la gente no está para más. Pero estoy convencido que
Dios Nuestro Señor se adapta y aunque se hayan reducido los días, hace que los
frutos de 5 días, también se den en estos ejercicios más reducidos. Dios es
grande!!
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