Una corriente de filialidad hacia el 'padre'
Decía de él San Gregorio de Nizancio: «El Señor ha reunido en José, como en un sol; todo lo que los santos juntos tienen de luz y de esplendor». Su paternidad se nos muestra como un camino de vida. Su sencillez y humildad se hacen patentes en su persona. Es el Padre en la sombra que cuida de María y de Jesús.
En este mundo en el que falta la figura del padre, S. José se nos presenta como camino. Ya lo decía el P. Kentenich fundador de Schonsttat: «Lo que más necesita nuestro tiempo es una corriente de filialidad hacia el padre. La tarea de la madre en la familia natural consiste en mostrar al padre, en llamar laatención sobre él. Por sí mismo, el niño no sabe quién es su padre, ya que no tiene una relación tan instintiva con él como la que tiene con la madre. Sin la madre no tendríamos seguridad de quién es nuestro padre. La tarea de toda auténtica madre consiste en poner al padre en primer plano. Eso mismo es lo que hace María» .
S. José se convierte en modelo de paternidad. Lo miramos y queremos aprender a ser padres para tantos hombres que buscan hoy un padre. Vivimos en una época de huérfanos con padres vivos. El otro día leía: « ¿Has tenido alguna vez un maestro? ¿Un maestro que te viera como algo en bruto pero precioso, como una joya que, con sabiduría, podía pulirse para darle un brillo imponente?». Ésa es la labor de un padre. Sabe ver la piedra preciosa en nuestro corazón y trabajarla para que brille, para que se convierta en algo muy valioso.
En S. José vemos reflejados los rasgos de la paternidad de Dios.
Santa Teresita de Lisieux miraba rezar a su padre ante el Santísimo y al verlo, veía en él a Dios. Queremos aprender a ser padres humildes, respetuosos, sencillos, alegres.
Padres capaces de reflejar con nuestras obras la misericordia de Dios y conducir a nuestros hijos al corazón del Padre.
Padres capaces de reflejar con nuestras obras la misericordia de Dios y conducir a nuestros hijos al corazón del Padre.
En la película «Cómo entrenar a tu dragón», el padre del niño protagonista no estaba orgulloso de su hijo. Quería que fuera fuerte y valiente como todos los vikingos. Vivía amargado a causa del hijo que había recibido. Su hijo era distinto, tenía una sensibilidad especial y veías las cosas de forma diferente.
Muchas veces los padres quieren que los hijos se les parezcan, quieren que hagan realidad nuestros sueños frustrados y realicen hazañas para estar orgullosos de ellos.
El padre de la película no estaba orgulloso de su hijo. Y sólo lo está cuando lo acepta tal y como es y entiende que sólo si respeta su originalidad su hijo va a ser feliz. Nuestra felicidad como padres consiste en lograr que brille el don escondido en el corazón de nuestros hijos.
Respetar y cuidar ese don escondido es la única tarea de los padres.
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