¿Como viviria María su Cuaresma?


   Desde que ha comenzado la Cuaresma, un tema de reflexión y de meditación me viene a menudo a la mente: ¿cómo viviría la Virgen María su Cuaresma?.
   Pero, me dirá alguno, 'si la Virgen esta en el cielo, ¿puede vivir Cuaresma? ¿Está o no con Cristo Resucitado?' 
Pues claro que sí.
   Y sin embargo una vez y otra, durantes algunas ocupaciones más tranquilas, me viene a la mente esta cuestión. No. No creais que he tenido luces arrolladoras, he de confesarlo, pero sí he aprendido a acompañar a María en su Cuaresma, como ella me acompaña en la mía.
   La hora llegó, y un día, Jesús marchó. No me cabe duda alguna que en la intimidad del hogar, Jesús habría abierto su corazón a su Madre, le habría compartido los proyectos del Padre, y cómo Ella también tendría un lugar en la hora de la Redención de los hombres. ¿No había anunciado según nos cuentan los evangelistas, al menos tres veces su 'Pascua' a sus amigos? "María seguía conservando todas esas cosas en su corazón", en esa soledad que le queda en la ausencia de Aquel que ha colmado más allá de lo imaginable su vida: el Hijo de Dios que es también su Hijo. 


   Y si tras el Bautismo de Juan Jesús es conducido por el Espíritu al desierto donde pasará largas jornadas en la soledad, en la tentación, el desierto ha venido también al encuentro de María en su hogar de Nazareth.
   María cuyo corazón late al unísono con el que es el Todo de su vida, también va a vivir el desierto. La soledad en la que queda ante esta ausencia sensible que ha sido su gozo durante tantos años. Además ausencia también de José, ese amigo, hermano, esposo que ha sabido compartir con ella ese gran misterio durante años. Y María con Jesús persevera en la oración, suplicando al Padre que su Amor loco y desbordante sea acogido por los hombres, por todos los hombres hacia los cuales Jesús sale al encuentro.
   María compartirá la privación. Las viudas en su tierra vivían a la merced de sus hijos o a falta de estos de la limosna de los del pueblo. Jesús no ha debido dejarla en carencia total, pero tampoco en una gran holganza. nada de miseria, pero nada de supérfluo tampoco.
   Es más, su corazón generoso como ninguno, saldrá al encuentro de los que carecen de lo necesario: un trozo de pan, una sonrisa, una palabra de aliento, un momento de compañía, un consejo... Toda don. 


   ¿Y las tentaciones? Si Jesús las ha conocido, y sabemos cuales, María, la esclava, no es más que su Señor. Lo único es que no sabemos cuales, y nos cuesta mucho imaginar al "patillas" molestando a tan maravillosa creatura. Pero justamente: es su especialidad. 
   Lo único concreto que se me ocurre respecto a esto es que los que rodean a María no comprendan por qué Jesús ha tenido que dejarla: "este chico ni se casa, ni cuida de su Madre. Se va a la aventura. Pobre María, con lo bien que le han educado ella y José, y qué desagradecido les ha salido. Y parecía un chico trabajador, nadie hubiera imaginado que pudiera abandonar tan brutalmente una tal madre..." Y todos esos discursos se clavan profundamente en el Corazón puro de la Madre que sabe perfectamente que su hijo le ha sido dado para entregarlo a los hombres, y para que en todo se cumpla la voluntad del salvación del Padre.
   Acompañamos a María en esta Cuaresma. Ella que está a nuestro lado en ese camino de oración, de privación, de generosidad para que nos volvamos con todo nuestro ser a la único necesario.

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