LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES


     Juan es como otros muchos jóvenes padres de familia, un equilibrista. No es fácil guardar el equilibrio cuando se trabaja como ingeniero en una gran empresa americana, en un momento en que la expansión de las tecnologías de la comunicación nos arrastran en la carrera vertiginosamente desenfrenada del mercado, sobretodo en plena crisis económica.
    Además no es del todo evidente, cuando se tienen apenas treinta años, aprender a ser padre de dos niñas adorables que  esperan, para afinar sus cuerdas vocales, el momento preciso en el que el padre llega agotado de su trabajo. Y además tampoco se consigue sin más, ser un hombre tranquilo, atento y acogedor en esos comienzos de la vida matrimonial, junto a una esposa que no se ha casado solo para  tener limpia la casa.
 
   Por eso, porque no considera que esas cosas son innatas  y no se considera tampoco un equilibrista experimentado, Juan se alegra de haber encontrado una buena escuela que  le  enseña con profundidad su papel  de hombre, de esposo, de padre, de empresario. Piensa que entre hombres no hay que tener vergüenza de confesar que a veces se necesita ayuda para llevar adelante todas las responsabilidades.
 
  "He descubierto un lugar consagrado al apostolado en favor del hombre y siento cada año la necesidad urgente de acudir allí para  sumergirme en esta experiencia y volver a poner de nuevo cada cosa en su lugar. : La vida espiritual, la vida familiar, la vida profesional,... y con este orden de prioridades" .Se admira de lo bien adaptados que están los Ejercicios Espirituales de San Ignacio para la psicología del hombre.
 

  "El hecho  de estar entre hombres nos permite mirar las cosas a distancia, sin distraernos con las preocupaciones de la vida, centrarnos en nuestra vocación.... Y buscar fuerzas en Jesús y no en nosotros mismos....  lo que es una tentación típicamente masculina. Pedir perdón por nuestros pecados, nos purifica y  nos da la humildad y mansedumbre que necesitamos : es esencial para no caer en una falsa virilidad"
 
  Hace tres años su trabajo le acaparaba tanto que su mujer  estaba desanimada "Veo en mi entorno que hay padres que tienen  cinco o seis hijos y que llegan a su casa a las 10 de la noche, cuando los niños están acostados y salen al amanecer. Un día de golpe  se van con una secretaria o bien se dan cuenta de que ya no tienen nada en común con su mujer... Me he dado cuenta de que eso nos puede suceder a todos en cualquier momento, y muy rápidamente"
 

  Afortunadamente la experiencia de los Ejercicios llegó a tiempo para ayudarle con medios concretos, muy estructurados, a hacer  una buena relectura de sus  jornadas, un buen examen de conciencia, a adquirir una mejor comunicación con su esposa, a discernir las cosas que son prioritarias.


    "He aprendido a mirar a cada miembro de la familia, y también a cada colaborador de la empresa con la mirada de Jesús, llena de respeto, de amor y de misericordia. He aprendido a saber elegir a nivel profesional, a saber decir no a presiones muy fuertes y que no siempre son justas... saber discernir lo esencial te hace mas fuerte y mas eficiente"
 
   Juan no sólo ha hecho una tanda de Ejercicios. Desde hace tres años, en su vida espiritual, familiar y profesional es una necesidad renovar la experiencia para guardar el rumbo que quiere para su vida, y no el que la sociedad nos quiere imponer.

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