¿"la luz de la carne" o la luz del corazón"?
Tras finalizar los Ejercicios
Espirituales de S.I. de Loyola en la casa Mare de Déu
de Monserrat en Caldes de Montbui (muy cerca a Barcelona), regresé a
Houston, Texas. Aunque mi siguiente destino no había sido tal en mi primera intención, sino el de realizar el
Camino de Santiago desde Pamplona: Dios así dispuso que solo hiciera “El Camino
Espiritual del Retiro”, y posponer hasta nuevo aviso el siguiente “Camino”
debido a problemas de ligamentos que tuve en una de las piernas al desembarcar
en Barcelona.
De todas maneras, hoy, ya en Houston recuerdo a mis queridos guías espirituales C.P.C.R., y a mis amados hermanos en Cristo con los cuales Dios me dejara
compartir este encuentro espiritual. Ya de regreso con mi amada esposa, y con
mi familia a la que también amo, comienzo aquí un nuevo “Camino” que son los
frutos y las gracias de lo vivido por este retiro en España.
Y aquí van desarrollándose mis
pensamientos haciendo los siguientes comentarios, para que el lector saque sus
propias conclusiones.
Mientras viajaba de regreso a Houston,
sentado en el aeropuerto de Barcelona esperando que se cumpliera el tiempo para
embarcarme en el avión, volví al mundo donde observo que mayormente se
manifiesta lo que llamo “tener el reloj adelantado”. Todo es rápido, nunca nada
ni nadie se detiene para saborear (verbo que me quedo grabado gracias al
P.Hernán) lo que viene y llega a nuestros sentidos. Si se come, se traga….. Si
se lee, es para pasar enseguida a la hoja siguiente o para comenzar de atrás
para adelante y sin que haya substancia, y así con los demás sentidos.
Una vez escribí algo sobre la
temporalidad del “tiempo” en el que
hallo mayor sentido ahora: “Cuando miramos al tiempo vemos la secuencia de
nuestras propias vidas a través de él; pero cuando el tiempo nos mira a
nosotros ve el Milagro de Vida hecho por Dios para que recibamos su amor”
Y me preguntaba a mí mismo: ¿nos detenemos nosotros en alguna etapa de nuestra vida para
deleitarnos de ella? ¿Podemos palpar el Milagro de Vida que ha
hecho Dios en Nosotros?
Y me conteste a mí mismo que así y todo, en este mundo vertiginoso, encontramos personas con profundos valores que, de alguna manera, y que estos siguen estampados en la fibra humana del corazón. Así es que noté en este aeropuerto: el deseo de ayuda en muchas personas, la atención dispuesta a preguntas que podamos hacer, la voluntad de servicio en el desempeño del trabajo honrando tanto al que lo recibe como al que lo da; e inclusive el valor del humor en cierta gente que embellece también, la actividad del corazón humano. Y comprendí que estos, como muchos otros atributos, han sido grabados por Dios en nuestros corazones como colores y aromas que están substanciados en una flor.
Y me conteste a mí mismo que así y todo, en este mundo vertiginoso, encontramos personas con profundos valores que, de alguna manera, y que estos siguen estampados en la fibra humana del corazón. Así es que noté en este aeropuerto: el deseo de ayuda en muchas personas, la atención dispuesta a preguntas que podamos hacer, la voluntad de servicio en el desempeño del trabajo honrando tanto al que lo recibe como al que lo da; e inclusive el valor del humor en cierta gente que embellece también, la actividad del corazón humano. Y comprendí que estos, como muchos otros atributos, han sido grabados por Dios en nuestros corazones como colores y aromas que están substanciados en una flor.
Por otro lado, también note la
“insensibilidad de este mundo”, que tal vez sería mejor llamada “sensibilidad a
las cosas del mundo”, respondiendo siempre con un “NO” a aquellas cosas del
corazón.
Y me pregunte a mí mismo: ¿Y si Cristo naciera en este momento de la historia, quienes vendrían a alabarle y a adorarle? ¿Serian 3, o solo uno de los Reyes Magos? ¿Vendrían aquellos pastores nuevamente a su encuentro, o estarían tan ocupados en sus asuntos personales que, o no vendrían, o llegarían tarde a la cita? ¿Habría habido un lugar donde la familia Sagrada pudiera colocar su pesebre, o habrían quedado desamparados por la indiferencia del mundo, como en los relatos que escuchábamos en el retiro espiritual sobre la historia de la Madre Teresa de Calcuta? ¿Y tú y yo, estaríamos presentes para servir con amor al niño Jesús?
Y me pregunte a mí mismo: ¿Y si Cristo naciera en este momento de la historia, quienes vendrían a alabarle y a adorarle? ¿Serian 3, o solo uno de los Reyes Magos? ¿Vendrían aquellos pastores nuevamente a su encuentro, o estarían tan ocupados en sus asuntos personales que, o no vendrían, o llegarían tarde a la cita? ¿Habría habido un lugar donde la familia Sagrada pudiera colocar su pesebre, o habrían quedado desamparados por la indiferencia del mundo, como en los relatos que escuchábamos en el retiro espiritual sobre la historia de la Madre Teresa de Calcuta? ¿Y tú y yo, estaríamos presentes para servir con amor al niño Jesús?
He aquí que me di cuenta que la mayor
parte del mundo sigue tan ciego como estaba 2000 años atrás; pero que ahora,
esta barrera del ver, se ha intensificado más para separar al hombre del amor
de/a Dios. Es una barrera inescrupulosa que oprime al corazón y que solo le
permite palpitar en dirección a los estímulos externos: dinero, poder, orgullo,
egocentrismo, avaricia. Mucho de esto platicado durante nuestro retiro
espiritual cuando hablamos de las dos banderas enfrentadas en el mundo, y el
Satanas sentado en medio del HUMO que no permite ver su fealdad y su odio hacia
la obra de Dios….
Es lastimoso observar que tanto como en
su propia época los Judíos esperaba recibir al Mesías para coronarlo como Rey
de Israel, pensando que fuera el Dios guerrero que vencería a los Romano para
traer también consigo todas sus complacencias y placeres; hoy en día ya se
elimina el concepto de Dios y se lo transforma en la “perseverancia “a obtener
las complacencias y placeres del ser humano para así incrementar nuestra propia
vanidad y orgullo.
Pues es así que el Dios que hoy día seria alabado y adorado es aquel que trae “la luz de la carne”, y no “la luz del corazón”… esa luz de espíritu y de amor verdadero de Dios. Y pensé…. Esto también está escrito: el Dios que será alabado, o como yo digo “la luz de la carne” será el Anti-Cristo.
Pues es así que el Dios que hoy día seria alabado y adorado es aquel que trae “la luz de la carne”, y no “la luz del corazón”… esa luz de espíritu y de amor verdadero de Dios. Y pensé…. Esto también está escrito: el Dios que será alabado, o como yo digo “la luz de la carne” será el Anti-Cristo.
Pues bien, si escribo todo esto es porque
este retiro me ha hecho comprender mucha cosas dentro mío, como también, me han
hecho muy observador de los signos que se ven externamente; y por ello
agradezco al Espíritu Santo por abrirme al discernimiento al mensaje de Dios.
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