Ejercicios Espirituales: “La multivitamina espiritual”
Habíamos solicitado de nuestro amigo Jorge, de Houston, que realizó en nuestra casa los últimos Ejercicios Espirituales que nos escribiera un testimonio para compartir con nuestros lectores. No nos ha decepcionado, y el dicho testimonio es tan amplio y completo que lo publicaremos en varios capítulos para leerlo más facilmente.
Hoy os ofrecemos la parte de presentación general que nuestro querido amigo hace de los Ejercicios. Mañana pasaremos a algo más testimonial y personal.
Los Ejercicios Espirituales de S.I. de
Loyola guiados por el equipo espiritual C.P.C.R. mueve a la persona al
conocimiento de uno mismo, llama a la meditación de aquellas turbulencias que
tenemos en el alma para poder vaciarlas y limpiarlas de todo pecado que
generalmente tienen raíces profundas en la historia de cada ser humano. Esta
primera etapa nos enseña a ser introspectivos en nuestro ser, para detectar las
deficiencias de nuestra personalidad que afectan en el camino que
Dios tiene trazado para cada uno de nosotros.
El silencio y la oración son los
ingredientes principales para que se realice en cada uno de nosotros el vacio
de aquello que enturbia todo lo bueno que Dios deposita en nuestro espíritu.
Sin dejar de lado lo más importante de estos ingredientes mencionados, está el
llamado al Espíritu Santo para que obre en nuestra alma, para reconocer donde
es necesario limpiar esas manchas de pecado que no han sido perdonadas ni
siquiera por nosotros mismos.
También se observan los diferentes rasgos
de situaciones por las que el ser humano transita en la vida y que se definen
como “consolación” y “desolación”. Estos dos aspectos son necesarios en la vida
del ser humano y no son antagónicos como muchos pueden pensar. El uno se apoya
en el otro, y Dios utiliza a estos dos para el sano crecimiento spiritual del
ser humano.
Cabe señalar que el mundo moderno solo busca las respuestas en la “consolación”
tratando siempre de maximizar la prolongación del mismo mientras busca
minimizar la etapa de la “desolación” como algo que es contraproducente para la
vida del ser humano. Gracias a estos ejercicios podemos comprender que los dos
son necesarios para el equilibrio espiritual del hombre.
Luego de descubrir las oscuridades
presentes en nuestro ser, se contempla la obra de Dios y la de la creación. En
este paso podemos comprender los porqués de esta creación, como también del
gran amor que Dios tiene para con sus creaturas, y que es de este amor del cual
deberíamos ser llenados…
En esta etapa también entendemos la
existencia real de Dios en cada cosa, en
cada uno de nosotros, y nos da luz a entender los riesgos que Dios toma al
crearnos. El riesgo de Dios es que una vez creados, le demos la espalda,
rechazando también su amor.
El próximo pasos de los Ejercicios
Espirituales penetra en afirmar el amor de Dios en nosotros, reconociendo, no
solo las obras de su creación, pero sino detallando los grandes sacrificios y
las innumerables gracias del amor de Dios para no perdernos y así poder ser
ganadores del cielo. De esta manera, el ejercitante comienza a conocer, más y
más, el propósito de Dios al enviar a su hijo Jesus ante nosotros para estar “entre
nosotros”; y su nombre es “Emmanuel” - “Dios entre nosotros”.
En este recorrido de la vida de Nuestro
Señor, no está ausente el conocimiento de Nuestra Santísima Madre que fue dada
por Jesucristo como la mediadora de intercesión ante El y nosotros; y de la
cual recibimos de Ella tanta luz que nos trae, por las mismas gracias recibidas
de Dios Padre.
En esta etapa se descubren muchas de las
enseñanzas de nuestro Señor para que cada ejercitante pueda descubrir en la
palabra de Dios todo aquello que refuerza e incrementa los dones del Espíritu
Santo en cada uno de nosotros. Vamos de paso en paso, reconociendo la
importancia de la oración, de las escrituras, y de los momentos con el Señor en
la Eucaristía y en el encuentro con El en el Santísimo.
Esta etapa se puede dividir en 3 partes:
El Jesús en su vida pública, el Jesús en su Pasión y Crucifixión, y el Jesús en
su Resurrección. Se visualiza a Jesús
durante su vida, y a nosotros en su búsqueda y entrega como lo hicieran los
discípulos en su época. Esta relación de Hombre-Dios con nosotros es la que
vamos descubriendo para ir conociendo más y más a Jesucristo, que finalmente
nos lleva al amor puro, y al encuentro con Dios.
Es así que llegamos a la culminación de
estos Ejercicios Espirituales que conecta y encadena nuestras almas al amor de
Dios, pero con cadenas suaves y ligeras que nos hacen esclavos, pero de amor.
Todo este proceso que describo en los
párrafos anteriores no pueden nunca compararse a las vivencias que van siendo
grabadas en el corazón del participante, pero tratan de manera razonada,
llevarle al lector una descripción, aunque sea incompleta, de estos ejercicios
que penetran fuertemente en el corazón para fortalecimiento del alma. Yo llamo
a esto ejercicios en forma humorística “La multivitamina espiritual”.
Espero que haya podido introducir al
lector a estos ejercicios espirituales, que son tan necesarios de realizar en
el mundo vertiginoso que hoy se vive; y que como decía nuestro querido Padre
Hernán, se debe parar y tomar descanso en las escrituras para saborear y gustar
de ellas.
También debemos cada uno de nosotros parar y tomar descanso en
nuestras vidas para vernos introspectivamente de dónde venimos, donde estamos,
y a donde nos dirigimos; pero saboreando este presente y el futuro a venir que
son regalos de Dios por el amor que Él tiene hacia nosotros.
Por este motivo,
tenga animo mi querido lector, y venga a participar de estos ejercicios
espirituales de S.I. de Loyola por estos queridos religiosos del C.P.C.R.
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