"Es la Virgen quien me lleva"
La hija de Emilio Aragón padre (Miliki), Rita nació en La Habana en 1954, en una familia de hasta ocho generaciones de artistas, diez si contamos a sus hijos Manuel, Néstor y Emilio Feijóo, y a dos nietos que ya hacen sus pinitos. Retirada del espectáculo hace años, ahora se ocupa de su familia y de la Escuela de Música Nuestra Señora de Fuente del Fresno: "Pero es la Virgen quien la lleva, yo sólo trabajo allí. Yo le pido lo que necesito, y ella me lo concede".
De hecho, le concedió lo más importante: la conversión, tras un desierto espiritual de siete años. "Sufrí muchísimo", explica: "En un momento dado, me pareció que no podía seguir a Jesús. Empecé a no sentir a Dios, a no sentir amor, y aquello no tenía fin. No sabía lo que me estaba pasando, ni se lo contaba a nadie. Hasta que un día, como aquello no tenía cura, entré en una iglesia y me dije: ´Adelante, caminante´. Y fue la Madre la que con un gesto especial" -Rita no da detalles porque aclara que no quiere entrar en intimidades- "me dijo ´Sígueme´. Y empecé a rezar el Rosario. Y a ir a Misa todos los días. Me aferré a eso, me plantaba ante el sagrario y decía: aquí estoy".
Rita insiste en lo importante que es la perseverancia: "Yo ya no abandono al Señor, proque a Él le gusta mucho estar con nosotros. Y el enemigo sigue estando ahí. Así que, en cuanto me hace falta, me confieso. No me pierdo la confesión semanal. La confesión es un milagro de tanta misericordia, es tan necesario, que no sé cómo he podido vivir sin confesión".
Ese ´enemigo´ es, por supuesto, el demonio: "Satanás existe. Y si no quieres creer en él, ten cuidado: el infierno está lleno de quienes tampoco creían".
En la devoción de Rita son muy importantes Santa Faustina Kowalska (1905-1938) y las apariciones de Medjugorje. Allí fue y, confiesa, entendió lo que debía ser su vida. En cuanto a la religiosa polaca, apóstol de la Divina Misericordia, canonizada por Juan Pablo II en el año 2000, dice que sus Diarios son su "libro de instrucciones", y que los lee todos los días.
"El Señor simplifica tu vida", continúa para transmitir lo que Dios es para ella: "Te quita obstáculos, te da paz y seguridad. No sabes qué bien se vive dejando que sea Él quien mande. Nosotros no podemos con todo esto. Lo primero que sientes cuando te abandonas al Señor es quién eres y por qué estás aquí".
Ese Dios es Jesús (y "la relación que tengamos con Jesús aquí es la que tendremos en la vida eterna") y se nos entrega en la comunión: "No quiero estar un solo día sin recibirla".
"Hay que pedir mucho, es lo que quiere Jesucristo: ´Pedidme mucho´, nos dice. Está loco porque le digamos ´sí y darnos todas sus gracias. Y lo esencial es amar a Dios, a los sacramentos, a la Iglesia, y orar mucho. Orar mucho por los sacerdotes", insiste Rita: "Por que sin sacerdotes no hay misa, no hay comunión, no hay sacramentos".
Ya para terminar, Gonzalo Altozano en la entrevista que le hace en Intereconomía, le pregunta si es una conversa: "¿Conversa? ¡Re-conversa!", neologiza Rita.
"¿Y por qué los re-conversos sois tan entusiastas?", insiste su interlocutor. "Somos muy felices porque hemos conocido el lado oscuro... y es muy oscuro, es triste y horroroso. Pero ya lo dice la Virgen: con el rosario en la mano, el demonio no puede haceros nada, porque me pertenecéis. Y en eso estamos"
Extractos de Religión en Libertad y de Intereconomía
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