COMO SALIMOS A SU ENCUENTRO

Domingo triunfal.
Niños, grandes, judíos, galileos, extranjeros... La muchedumbre aclama a Jesús como
Rey, como Mesías:
"Hosanna, bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en las alturas"

Entremos en la escena y contemplemos para, como dice san Ignacio, "sacar algún provecho"
Jesús acoge humilde, sereno, sencillo la aclamación de los humildes, sus muestras de afecto, su expectación. Sí, es El a quien están esperando ardientemente de generación en generación. Sabe lo que le espera en esta fiesta que todos vienen con alegría a celebrar a la casa del Señor. Sí, por fin, va a establecer su Reino... pero sabe muy bien que este supera las expectativas, y que no todos comprenderán su entrega, su Amor hasta el fin.
Los apóstoles
no caben en sí de emoción, de esperanza, de ambición quizás también.
Están llenos de entusiasmo.
El asno... pues no le debía faltar al jovencito perplejidad ante una tal escena
grandiosa. Se estrena nada más y nada menos que ¡llevando al Rey de reyes!, siendo ¡sujeto de una profecía! "Mira que tu Rey viene  a ti, , manso y sentado en un asno, en un pollino" Zac 9,9
Los discipulos se manifiestan de maneras diferentes.
Los unos, el evangelio nos habla de multitudes, aclamando abiertamente a Jesús, con ramos, palmas en las manos, vítores.
Otros habrá que contemplen la escena con regocijo, pero participando tímidamente.
No faltarán también los que siguen de lejos el acontecimiento para no quedar
comprometidos. ¡Buenos están los aristócratas del Templo!
Y no podían faltar los protestones. Los que no acogen a Jesús, no creen en El, aún
habiendo sido testigos de sus milagros, aún habiendo escuchado la veracidad de sus palabras... aunque los muertos resuciten. ¡No! ¡No! y ¡No! ¡Que hemos dicho que este no es el Mesías y no lo es! ¡Hay que eliminarlo!


Es un buen momento, al comenzar estos días santos, para situarnos ante Jesús. ¿Cómo salimos a su encuentro? ¿Cómo lo acogemos?
Extendamos ante El hoy nuestros mantos, nuestros ramajes, nuestras seguridades, nuestras ociosidades. Que el Rey y Señor que viene pase por encima de todo.

El Papa concluyendo en su libro Jesús de Nazaret el comentario a este pasaje nos dice:
"La iglesia naciente vio en esta escena la representación anticipada de lo que ella misma hace en la liturgia... La Iglesia saluda al Señor en la Sagrada Eucarisía como el que ahora viene, el que ha hecho su entrada en ella. Y lo saluda al mismo tiempo como aquel que sigue siendo el que ha de venir y nos prepara a su venida.
Como peregrinos, vamos hacia El; como peregrino, El sale a nuestro encuentro y nos incorpora a su ¡subida' hacia la cruz y la resurrección, hacia la Jerusalén definitiva que, en la comunión con su Cuerpo, ya se está desarrollando en medio de este mundo"

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