GRATITUD POR ESTE DON

Hoy recordamos con emoción y gratitud tres grandes regalos del Señor.
     El mandamiento Nuevo del Amor
    La institución del Sacerdocio
    El Sacramento del Amor: la Eucaristía.
Son un poco como la Trinidad: tres realidades distintas en una y única realidad verdadera: el Amor loco de Dios a los hombres.

Jesús nos llama a amar como El nos amó. El gesto de su Santísimo Cuerpo entregado por la humanidad entera y de su Sangre derramada por el perdón de los pecados que celebramos cada día en la Eucaristía gracias al don inestimable del sacerdocio, nos arrastra en esta locura de amor.
Por eso diciendo a los Apóstoles "Haced esto en memoria mía", quiere hacer presente su único sacrificio cada día hasta el final de los tiempos. Es ahí de donde sacamos fuerza, energías para amar como El nos amó. Para amar como decía Madre Teresa "hasta que nos duela". Cuando Jesús Eucaristía se entrega a nosotros en la comunión, pone en nosotros el amor que le ha conducido a dar su vida sobre la Cruz y nos comunica ya su vida de resucitado.
Estamos llamados a renovar y profundizar continuamente nuestra fe en este gran misterio que constituye "la fuente y la cima de la vida cristiana" (cf. Conc. Vaticano II). La Eucaristía es el alma de nuestra vida cristiana, porque es Jesús mismo en nosotros.
En este día tan grande pidamos al Señor crecer cada día en nuestra vida eucarísitica; entonces creceremos al mismo tiempo en el Amor a Dios y al prójimo.

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