Cuando vemos la descristianización galopante de nuestros países de tradición cristiana y de nuestros entornos, es consolador saber en este tiempo pascual, que la gracia y la vida divina que nos ha alcanzado Jesús con su muerte y Resurrección sigue llegando a miles de hombres y mujeres que en todo el mundo han recibido el bautismo en la Vigilia Pascual.

El santo Padre en esta Vigilia bautizó en San Pedro a 6 personas de diferentes culturas. En España son cientos de personas las que han recibido esta gracia repartidas en toda la geografía de la península. También en Francia, en E.E.U.U.
Unos mil anglicanos han sido recibidos en la plena comunión con la Iglesia católica durante esta Semana Santa, en diferentes celebraciones y lugares de Inglaterra y Gales. Se trata de unos treinta grupos --unos sesenta clérigos anglicanos--, una etapa decisiva en la respuesta del Papa a las peticiones de anglicanos de regresar a la Iglesia católica en comunidades, prevista por la constitución apostólica.
La Iglesia en China y Vietnam ha acogido con gran alegría en sus comunidades a más de 2800 personas que reciben el Bautismo desde la Vigilia Pascual hasta el domingo Día de la Divina Misericordia.
Y más, y más que desconocemos en otras latitudes.

En nuestra casa ayer celebrábamos el bautismo de Clara Susana Monserrat, presidido por Mossén Emili Marlés en la Parroquia Santa María de Caldas de Caldas. Mossén Emili Empleó una imagen que nos hace comprender la grandeza del Bautismo:
"Cuando un arbol, aunque sea el mejor se planta en el desierto, no puede ser fecundo, está abocado a la muerte. Si plantamos un arbol aunque sea mediocre en un vergel, donde abunde el agua y el sol no puede no dar fruto. Hoy vamos a plantar a Clara en el mejor de los terrenos el seno de la Trinidad"
Ahí estamos todos plantados y llamados a dar vida para que otros muchos puedan conocer el amor de Dios.


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