ME AMÓ Y SE ENTREGÓ POR MÍ

En estos días cada uno puede hacer suyas las palabras de San Pablo “Me amó y se entregó por mí”  Ga 2, 20.
Su Pasión de Amor:
   la vivió libre y conscientemente
   la vivió con sentido redentor y
   la vivió con amor.


San Ignacio nos invita a pedir durante las contemplaciones de la Pasión, la gracia del dolor con Cristo doloroso. No es algo artificial, a nivel psicológico. Es un vivir Corazón a Corazón con Jesús

El dolor, la confusión no de despecho contra nosotros mismos. Un dolor, una compasión que nace de la admiración. No es ni siquiera la gracia de la contrición. Es la gracia de la admiración. Todo lo que el Señor me ama, quiere sufrir por mí. Es una gracia.

Corazón a Corazón con Jesús.

Os invitamos a pedir al Señor esta gracia, la gracia de participar en la vivencia que Él tuvo de la Pasión, que es la única manera verdadera de acercarse a Cristo estos días de manera auténtica, para comprender su sentir. Entrar en la Pasión desde su Corazón, tal y como fue vivida.

Es la gracia de la unión que no podemos procurárnosla por nuestras fuerzas. Que el Espíritu del Señor nos conceda esta gracia de UNIÓN CON CRISTO para que el amor de Cristo nos inunde y podamos alcanzar plenamente también el gozo de su Resurrección.

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