HOMILIA 21 FEBRERO ( FRANCESC JORDANA)
Queridos hermanos y hermanas,
El evangelio de hoy, aunque de entrada, quizás, no lo
parezca, es una exhortación a rezar, es una motivación para rezar. Tres elementos
muy claros hacen referencia a la oración, que es una de las prácticas cuaresmales.
Por tanto, todo enlaza bastante en este tiempo cuaresmal.
1. De entrada “Jesús
cogió a Pedro, a Juan y a Santiago, y subió a lo alto de la montaña, para orar”.
Dice el Papa Benedicto, comentando esta escena en su libro sobre Jesús de
Nazaret: “El monte como lugar de la
subida, no sólo externa, sino sobre todo interior; el monte como liberación del
peso de la vida cotidiana, como un respirar el aire puro de la creación y su
belleza; el monte que me da altura interior y me hace intuir al Creador”.
Me decía esta semana una madre de la kt-kolla que en el
verano marchan con la familia al Pirineo y, cómo el contacto con la naturaleza,
el cielo, la noche llena de estrellas, les acercan a Dios.
Esta tarde, leía a los padres
de la catequesis, con los que hemos hecho un encuentro, una frase de Valentín
Fuster, el famoso cardiólogo: “A quienes se preocupan por su salud les
aconsejaría que se reservasen un rato cada día para ellos mismos, para poder
pensar, simplemente pensar. Estamos en un mundo tremendamente acelerado, donde
no hay tiempo de saber dónde estás ni adónde vas, y uno debe tomar partido
sobre cuáles son sus objetivos en la vida y cómo conseguirlos.”
Esta semana he hablado con
algunos de los cinco jóvenes que fueron de receso este fin de semana, y varios me
decían cómo les había ayudado a ordenar y reorientar su vida.
Necesitamos el silencio, la soledad, subir a la montaña a
rezar... y, entonces, pasa el segundo elemento que en el evangelio de hoy nos habla
de la oración:
2. “Maestro, qué
bien se está aquí”. ¡En el silencio, en la soledad, en la oración, estamos
bien! En la oración estamos bien. Nos
relajamos, nos encontramos con nosotros, nos ponemos en su presencia, y sentimos su paz, su amor, su presencia, su palabra...
¡Es tan bonito rezar! ¡Tan regenerador! ¡Tan
transformador! Como que a los adolescentes les cuesta la oración, he elaborado
dos guías que faciliten la plegaria. Si alguien las quiere, que pase por la
rectoría y le doy estas guías. Son herramientas que facilitan
este encuentro con Jesús.
3. Y el tercer elemento
que en el evangelio de hoy nos habla de la oración es la frase de Dios Padre; “Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle”.
Si el Papa Francisco dice que Donald Trump no es cristiano porqué quiere levantar
muros. Con más motivo podemos decir que no es cristiano quien no escucha a
Jesús, el Hijo amado de Dios. Si desobedecemos a nuestro Padre en un mandamiento
tan esencial, quiere decir que no somos cristianos. Podemos estar bautizados
como Donald Trump, podemos ir al culto, como Donald Trump, podemos tener unas
creencias cristianas, como Donald Trump, pero, no somos cristianos.
“Escuchadle”. Escucharlo porqué ha hablado, y lo que ha dicho lo tenemos
en los evangelios, y al leerlos, Jesús nos habla a nosotros, no lo olvidemos nunca.
¡Es un milagro! Su persona a través de su palabra nos habla. Por tanto, escucharlo
porqué ha hablado, y escucharlo porqué continúa hablando.
Dios te ama y te invita
a una relación con Él. El proyecto de Dios para nosotros es una vida de relación
con Jesús.
Acabo con la oración
colecta que, de hoy, dice, expresa todo esto que decimos... “Señor, Padre santo, tú que nos has mandado
escuchar a tu Hijo, el predilecto, alimenta nuestro espíritu con tu palabra…”
Que esta eucaristía nos
motive a rezar más, a estar más con Él, de manera que como Pedro podamos decir:
“Maestro, qué bien se está aquí”.
Francesc Jordana
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