UNA ALTERNATIVA CATÓLICA A “LAS VEGAS”
En realidad, Las Vegas es una cegadora
luz, que culmina en un triste epílogo de ruina moral.
Puede parecer al lector, que esto nos
pilla muy lejos de España, pero la realidad es que últimamente hay noticias
alarmantes, que indican que existe la posibilidad de que otro emporio de juego
y diversión pueda estar cerca de dos grandes metrópolis españolas.
La multinacional “Las Vegas Stand”
pretende aterrizar en nuestro país con su negocio de casinos y ocio. Se barajan
Madrid y Barcelona como destinos posibles de este trágico desembarco.
Las administraciones públicas españolas
han quedado fácilmente seducidas por este aparente nuevo becerro de oro o por
este lobo vestido con piel de cordero. Arguyen los organismos públicos que esto
traerá efectos beneficiosos sobre la economía, como la creación de un gran
número de puestos de trabajo.
¿Qué mejor solución —aducen— en un país con más de cinco millones de parados?
Se diría que es el nuevo Rey Midas que
todo lo que toca lo convierte en oro. Pero no vamos en este artículo a discutir
sobre las consecuencias económicas de estas instalaciones, sino los efectos
perniciosos morales que estas conllevarían para nuestra nación.
Estas instalaciones son como la caja de
Pandora, que se abre, y una vez abierta salen todos los males, como el
incremento de la ludopatía. No hay que olvidar que en España hay 2.350.000
personas catalogadas como jugadores patológicos o problemáticos.
Pero aquí no termina la lista de efectos
lesivos. Hay que contar con el alcoholismo, las drogas, la prostitución, las
mafias de prestamistas, los problemas judiciales surgidos del embargo de bienes
a los insolventes. Esto afectaría a algunos matrimonios, y provocaría sin duda
rupturas conyugales que terminarían en separación o divorcio.
Barnizados con la trampa superficial del glamur estos negocios introducen en el engranaje del juego
las penurias de miles de personas que se gastan su sueldo mensual en una noche.
¿Existirá alguna alternativa a
esto?
Los
cristianos conocemos otras formas de ocio más saludables para el
espíritu con efectos más que beneficiosos sobre el alma, que se han multiplicado
recientemente.
Esa forma de ocio se llama adoración
eucarística perpetua. Y uno puede preguntarse lo siguiente ¿
En qué consiste esta forma de ocio genuinamente cristiana?
Es muy
sencillo. Cada uno se compromete a permanecer en oración delante del Santísimo durante una hora a la
semana, y de esta manera, se forma una cadena humana que adora perpetuamente al
Señor. El resultado es confortador.
Una capilla abierta las 24 horas del día,
con el Santísimo expuesto, donde no sólo acuden las personas que tienen el
compromiso de velar junto al Señor una hora determinada a la semana, sino que
al ver la capilla abierta, son muchas personas más las que, al final, se
acercan a hacer una visita y acompañar a Dios durante un momento.
De hecho en
España es un movimiento que ha aumentado considerablemente en estos últimos
años, hasta tener en la actualidad 23
capillas.
Grupo de adoradores en mayo |
Modestamente se inició el 16
de febrero una noche de adoración mensual en nuestra Casa Cristo Rey de Pozuelo de Alarcon.
Esta manera de divertirse a lo cristiano
incrementa los beneficios espirituales del católico, aumentando en mayor grado
las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad.
Es una explosión del Espíritu Santo que
constituye una alternativa clara y contundente al ambiente paganizante del
complejo “Las Vegas”.
¡Qué mejor alternativa al casino o al
bingo que estar mucho tiempo a solas con quien sabemos nos ama, dejando a Dios
que hable al corazón día a día, segundo a segundo!
Finalmente, recordemos las contundentes
palabras de San Pablo en su epístola a
los Romanos: “La
noche está avanzada; el día se acerca. Despojémonos pues de las obras de las
tinieblas y revistámonos de las armas de la luz”
(Rm 13,12).
Ramón Sánchez Castillo
Comentarios
Publicar un comentario
A la hora de expresarse tengamos en cuenta la ley de la Caridad