VENGA A NOSOTROS TU REINO

  
   Entramos hoy en el triduo preparatorio a la fiesta de Cristo Rey, nuestro patrono principal. Extender su Reino en el mundo, en la familia y en nuestros propios corazones son nuestras ansias principales al servicio de la Iglesia.
   En nuestro carisma la dimensión social de este Reino es importante. Para el P. Vallet, no se trata de « realizar una acción social para conducir a Cristo », sino de “anunciar a Cristo para que la acción social tenga éxito”    En su diario anota el 14 abril 1928: « Luces pidiendo su Reino en la vida de familia; comprendiendo qué escuela de amor sería... »
   « La misma cosa para el Reino social : Cuando las naciones mismas serán gobernadas por un gobierno que tenga como regla los sentimientos del Corazón de Jesús, ¡oh! ¡Qué mundo sería entonces ! »
    Es lo que expresa su oración por el Reinado Social del Corazón de Jesús  :
    « Oh Padre Eterno, que amas desde toda la eternidad a tu Hijo Unigénito Jesucristo, vuestro Verbo encarnado, acelerad la realización de tus designios y salvad al mundo por el Reinado social de su Divino Corazón.
    « Haz, Señor, que las autoridades civiles gobiernen y dirijan los destinos de los estados y de los pueblos por el amor lleno de desinterés con que el Corazón de Jesús, Rey y Señor de los dominan, amó a sus vasallos, hasta dar su vida por ellos. Y haced que los súbditos y pueblos amen a sus legítimas autoridades con aquel amor con que el Corazón de jesús, hecho obediente hasta la muerte por Dios, los amaría..
   « Haced que los ricos y patronos amen a los obreros y pobres con la ternura, interés y solicitud con que Jesús les amó y defendió. Y que pobres y obreros amen y respeten a sus bienhechores y superiores en el trabajo con aquella humildad y caridad del Corazón del obrero de Nazaret.
    « Haced que los padres amen a sus hijos con un amor parecido al del Corazón de Jesús por todos los hijos de su gran familia, con amor verdadero, santo, celoso de su salvación, custodio de su pureza, depuesto todo interés temporal. Y que los hijos honren, sirvan y amen a sus padres como lo haría el Corazón de Jesús con su Santísima Madre y san José…



     En la revista « Marchons ! » de julio 1941 escribirá:
   « ¡Si todos los patronos, conociendo e imitando las bondades  del Corazón de Cristo, llegaran a tener un corazón como el de Cristo! ¡Qué justicia y qué caridad no habría en la remuneración del trabajo! ¡Qué paciente bondad en la dirección ! ¡Qué preocupación del bien moral y de la salvación de los obreros! Habría revueltas, como en la escuela misma de Cristo, Judas; sin embargo, qué paz social en el mundo, y qué multitud de obreros se salvarían por fin.
   ¡Si todos los obreros tuvieran un corazón manso y humilde como el Corazón de Cristo, qué fidelidad, qué sumisión, qué amor del trabajo; los patronos quedarían edificados!
   ¡Si todos los gobiernos del mundo tuvieran un Corazón semejante al Corazón de Cristo! ¡Y si todos los súbditos tuvieran un corazón como el de Cristo! ¡Cómo serían las naciones y progresarían en la paz y el orden perfecto, y cuantas miserias que les aplastan por culpa de los hombres, desaparecerían!»    En estos momentos de nuestra historia recemos para que el Corazón de Cristo reine en todos los corazones sin excepción. ¡Os imagináis lo que sería!

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