TRAS LOS PASOS DEL PARE VALLET EN CERVERA Y POZUELO

Junato a la estatua de san Ignacio yacente
¡Magificat, Magnificat, Magnificat
anima mea Dominum!
   Era el canto que dominaba en nuestro peregrinar tras las huellas de San Ignacio y del P. Vallet en Manresa y Montserrat. La jornada ha estado bien llena de intensos momentos de oración en la santa Cueva donde Ignacio recibió los Ejercicios, en la Iglesia del Rapto donde el P. Vallet se consacró a difundir entre los hombres los Ejercicios ignacianos y al pie de la Mare de Déu de Montserrat.
En la Santa Cova
   En Montserrat tuvimos dos hermosas sorpresas suplementarias. La primera: la visita de nuestros amigos de Sabadell José Miguel, Montse, Aida y sus encantadoras niñas. Las peregrinas estaban muy agradecidas por este encuentro sencillo, rápido pero intenso.
   La segunda tras las Vísperas con la comunidad benedictina de Monserrat la aparición y el canto de los niños de la escolanía: Uau!!! Les ha encantado como broche de la jornada.
Escolanía de Montserrat
 Y llegamos a nuestra última etapa formal de peregrinación en pos del P. Vallet en Cataluña: Cervera.
Vista de Cervera
    Y mañana llegamos a nuestra última etapa formal de peregrinación en pos del P. Vallet en Cataluña: Cervera.
  Ciudad donde nació nuestra parroquialidad, de la que da fe nuestro nombre: Cooperatrices Parroquiales de Cristo Rey. Esta parroquialidad no consiste en trabajar directamente en parroquias, si no en aportar a las parroquias hombres formados profundamente, a partir de un encuentro íntimo con Cristo.
   Pero dejemos al P. Sospedra que nos cuente esta historia. Es él, en efecto,  quien ha escrito con más detalles este primer encuentro de nuestro Padre con el Párroco Arcipreste de Cervera. 

   «Mosén Roca debía ser un buen bromista... Y el P. Vallet tampoco se quedaba corto.
    En la estación de Cervera el Párroco espera al predicador jesuita que debía predicar en abril 1922 el triduo de la Virgen de los Dolores. 
   Llega el tren, y el P. Vallet, con aire de novato, baja modestamente del vagón de tercera clase. 
   '¿Cómo? -le espeta Mosén Roca, como primer saludo- ¡Un jesuita en tercera! ... Lo veo y no lo creo'. 
   '¡Calle! -le replica el P. Vallet, sin dejarle tiempo de reírse de la ocurrencia-. No grite que me hará quedar mal. La verdad es -le dice en voz baja- que venía en primera, pero en la última parada he cambiado de vagón: tenía que dar buena impresión de 'pobreza' a los de Cervera que vengan a los sermones...'.
   Y ya quedó establecida la corriente de simpatía entre aquellos dos hombres. Después el P. Vallet 'ataca', a su manera, también: '¿Se imagina Vd. que yo vengo a Cervera para perder el tiempo predicándole un vulgar septenario? Pues, no señor, no se lo crea. Vengo con muy malas intenciones. Vengo a encerrarle todos los hombres de Cervera, durante una semana, en Ejercicios...'
   Hablaron mucho y muy en serio, durante todos aquellos días.
  El Cura ecónomo de Cervera se rascaba la cabeza, mientras le objetaba: 'Sí, ya lo veo..., a Vd. no se le para tan fácilmente... Pero Vd., a fin de cuentas, lo único que hará es una capillita más, que me acabe de dividir la parroquia y hacerme difícil la tarea de Párroco...'
   Sin duda, gracias a Mosén Roca, el P. Vallet redondeó mucho sus proyectos. Refiriéndose a aquellos momentos de 1922 y al Sr. Arcipreste de Cervera, dejó escrito, en su último artículo de la revista 'Avanzar'-agosto de 1947-: "... el párroco de la Parroquialidad, el maestro en el concepto parroquial del que allí estaba iniciando la Obra de los Ejercicios Parroquiales..."
   Y aquel celoso Párroco de Cervera -mártir de su sacerdocio, años después, durante la persecución de 1936- acaba diciéndole: 'No hablemos más, P. Vallet; si necesita 'otro loco' para comenzar esta Obra, estoy a su disposición'.  Y efectivamente esa Obra comenzará con la ayuda de este 'otro loco', un año más tarde."
 
   La primera tanda de Ejercicios en Cervera tuvo lugar del 25 febrero al 20 de mayo de 1923: 19 hombres. Para la segunda el P. Vallet exigió que vengan al menos el doble: fueron 43. Las siguientes tandas fueron de 75, luego 67 et por fin 80 ejercitantes. Así pues en 5 tandas se había totalizado 284 ejercitantes.
   Dejemos al P. vallet contarnos la experiencia en una carta dirigida a su Provincial:
   "Grandes conversiones; por lo que se sabe fuera de la confesión, ha habido varias segundas comuniones. Hombres sin fe, la han recobrado gracias a Dios. 
   Los republicanos trabajaron lo indecible, para que no abriéramos brecha e sus filas, pero en vano; ellos mismos la han abierto, cayendo enredados en sus propias redes. 
   Permitieron y aun procuraron que entrara un fabricante impío, de talento natural no común y muy elocuente. Creyeron que, saliendo éste sin convertirse o ser convencido, desacreditaría luego a los Ejercicios: el tercer día me enseñó una carta que les dirigía y que les dejó atónitos, a unos consternados, a los demás movidos; es una conversión sincera y que dará gloria a Dios N. S., según parece. Ya lleva planes santos.
   A la Comunión final fueron invitados con oficios impresos los de las tandas anteriores: la fría Cervera contempló con asombro a 140 hombres (pues aún se añadieron unos pocos de los que ya piensan hacerlos) dirigirse a la Parroquia por la calle mayor a la hora del mercado, donde con una concurrencia grande (pues aún algunos maestros y maestras espontáneamente llevaron allí sus alumnos) oyeron misa, comulgaron, cantaron con grande fervor. 
   A la vuelta, sin ningún respeto humano, antes con santo orgullo, se pusieron a cantar el "Cristo vence", por las calles." 

   Los días 1 y 2 de mayo de 1926 en la antigua universidad de Cervera se celebró el 4º congreso de la Obra. Unos 4000 antiguos ejercitantes participaron en ella.
   El día de clausura de esta gran Asamblea que marcaba el apogeo de la Obra de los Ejercicios Parroquiales en Cataluña, la hermosa imagen de la Virgen de la iglesia de Cervera fue llevada en procesión por las calles de la ciudad en un triunfo indescriptible. 
   Esta imagen la había descubierto el Dr. Roca, cura párroco de Cervera, quien la había puesto nuevamente en honor, bajo la advocación de Ntra. Señora del 'Coll de las Sabines', fue proclamada patrona de la Obra. Al pié de la estatua, se puede todavía admirar la placa de plata que conmemora esta proclamación, ofrecida por las Señoras Protectoras de la Obra, con la fecha del 2 de mayo de 1926. alli, a sus pies queremos renovar nuestro compromiso en la Obra CPCR 
   Esta tarde esperamos llegar sanas y salvas a Pozuelo, donde reposa el cuerpo de nuestro querido Padre Vallet y de sus dos primeros compañeros. Estamos deseosas de encontrar a nuestras dos queridas comunidades de la Casa Cristo Rey, en donde estan en estos momentos los Superiores Generales de nuestras dos Congregaciones.
   Hemos invitado a las señoras auxiliares de Madrid y alrededores así como a los ejercitantes a una noche de adoración al Santísimo para pedir juntos, por intercesión del P. Vallet y de los CPCR difuntos, las vocaciones que tanto necesitamos para continuar la hermosa Obra de evangelización, respondiendo a la llamada de la Iglesia de hoy. El P. Felipe Barbier, Superior general de los CPCR nos introduirá con una Hora Santa. 

   Os tenemos presentes a todos y os invitamos a uniros a nosotros.

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