« Dame de beber »

  Los cristianos deberían tener confianza de que el encuentro y el intercambio de experiencias con los demás, también con otras tradiciones religiosas, nos puede cambiar y ayudar a ahondar en las profundidades del pozo. Acercarnos a los que son extraños para nosotros con el deseo de beber de su pozo, nos abre a las « maravillas de Dios » que proclamamos.
    En el desierto el Pueblo de Dios no tenía agua y Dios mandó a Moisés y a Aarón que sacaran agua de la roca. Del mismo modo, Dios frecuentemente viene al encuentro de nuestras necesidades a través de los otros. Mientras clamamos al Señor en nuestra necesidad como la mujer samaritana: « Señor, dame de esa agua », quizás el Señor ya ha respondido a nuestras oraciones poniendo en las manos de nuestros vecinos lo que andamos buscamos. Por eso tenemos que dirigirnos también a ellos y decirles: «dame de beber».
    A veces lo que necesitamos ya está presente en la vida y en la buena voluntad de las personas que están a nuestro alrededor. Del pueblo guaraní de Brasil aprendemos que en su lengua no existe un término equivalente a «religión» como algo separado de la vida. La expresión que se suele utilizar significa literalmente «nuestro modo bueno de ser» (ñande rekokatu). Esta expresión hace referencia a todo su sistema cultural que incluye también la religión. La religión, por tanto, es parte integrante del sistema cultural guaraní, como también de su modo de pensar y de ser (teko). Está relacionada con todo lo que mejora y hace progresar a la comunidad y conduce a su «modo bueno de ser» (tekokatu). El pueblo guaraní nos recuerda que el cristianismo al principio se llamaba «el camino» (Hechos 9, 2).  «El camino», o «nuestro modo bueno de ser» es el modo que Dios tiene para traer armonía a todas las parcelas de nuestras vidas. 
Texto oficial de la semana de oración unidad cristianos 2015

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