Dejó allí su cántaro


El encuentro entre Jesús y la mujer samaritana muestra que el diálogo con el que es diferente, con el extranjero, el desconocido, pueda dar vida. Si la mujer hubiese seguido las normas de su cultura se hubiera ido cuando vio a Jesús acercarse al pozo. Ese día, por alguna razón, no siguió las normas establecidas. Tanto ella, como Jesús, rompieron con el patrón de conducta establecido. A través de este « romper moldes » nos muestran una vez más que es posible construir nuevas relaciones.
Mientras Jesús lleva a término los planes del Padre, la mujer samaritana, por su parte, deja el cántaro de agua, significando que ella ya podía ir más allá, que no estaba limitada al papel que le había impuesto su sociedad. 
Es la primera persona en el evangelio de Juan que proclama a Jesús como el mesías. « 
Romper moldes » es una exigencia para aquellos que quieren hacerse más fuertes y sabios en su fe.
Que la mujer samaritana dejara su cántaro indica que ha encontrado un don mejor, un bien mayor que el agua que vino a buscar, y un lugar mejor en el que estar en su comunidad. Reconoce el don mayor que el judío extranjero, Jesús, le está ofreciendo.
Es difícil para nosotros encontrar valor, reconocer como un bien o también como algo sagrado lo que pertenece a otro. Sin embargo, reconocer el don que pertenece a otro como algo bueno y sagrado es un paso necesario hacia la unidad visible que buscamos.

1. Encontrarnos con Jesús exige que dejemos atrás nuestros cántaros, ¿cuáles son para nosotros esos cántaros?
2. ¿Cuáles son los obstáculos mayores que nos impiden hacerlo?


Dios de amor,
ayúdanos a aprender de Jesús y de la samaritana
que el encuentro con el otro nos abre nuevos horizontes de gracia.
Ayúdanos a romper nuestros moldes y a abrazar nuevos desafíos.
Ayúdanos a superar el miedo a seguir la llamada de tu Hijo.
Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo.
Amén. 
Textos oficiales del Octavario por la Unidad de los cristianos

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