UN SACERDOTE POLIFACÉTICO


   San Juan de Avila, patrón de los sacerdotes españoles, gran santo en un siglo de santos con los que ha estado en contacto.

   Día para rezar muy especialmente por los sacerdotes (no olvidéis particularmente al P. Francisco que os encomendamos ayer, y que tiene un celo muy característico de este santo andaluz).
   San Juan de Avila, que será próximamente proclamado como Doctor de la Iglesia, les dice dice a todos los sacerdotes que lo más importante es Cristo, es la fe, y que de ahí brota todo.
   Su experiencia partió de estar con el Señor y vivir todos los acontecimientos de su vida desde la fe. Su único interés fue siempre servir a Cristo en la Iglesia, y lo hizo con muchísima disponibilidad, fuego de amor, ardor. La oración y la vida espiritual fueron el centro y sustento de todo su ministerio. Fue un gran predicador, por tanto evangelizador. Supo llevar la Palabra de Dios a todos, adaptándola al lenguaje que cada uno podía comprender. Supo aconsejar y escuchar.

   También es para nosotros un modelo de Pastoral Educativa. Le dio un valor a la enseñanza no sólo como una forma de adquirir conocimientos, sino como un forjar corazones, a través de la cultura y de la formación. Una pastoral social y de caridad, pues supo ver en cada pobre a Jesucristo.
   San Juan de Ávila fue muy polifacético como sacerdote.
   Su libro “Audi Filia” está escrito para seglares. Es un tratado de la vida espiritual para seglares. Fueron objeto de su atención siempre. Decía que detrás de cada sacerdote veía miles de almas. Y él supo ayudar a todos en todos los estados de vida, aconsejando, en cualquier circunstancia, con un sentido muy práctico. Mostrando que Jesucristo quiere también ser el centro de sus vidas y de sus familias.
   San Juan de Ávila nos enseña que la fe no es un cajón más, un apartado más de las muchas tareas que tenemos, sino que la fe y el amor de Jesucristo son el centro de la vida cristiana
Cf. entrevista a José Almedina Polonio 

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