¡Qué gozada de tiempo!
Y de nuevo estamos en Cuaresma, este tiempo de entrenamiento, de invitacion a volver nuestro corazón hacia el Señor.
Tiempo de gozo. ¡Qué gozada de tiempo! se nos ofrece para juntos, los cristianos, a la una, nos estimulemos a fijar nuestros ojos en lo único necesario: el amor que Dios nos tiene y que nos ha manifestado en su Cristo Jesús.
Tiempo para crecer en calidad: calidad de encuentro con el Señor por la oración, la limosna, las privaciones:
Tiempo para dejar que Dios sea Dios en nuestra vida: el primero y principal que da sentido a todo.
Tiempo de gozo. ¡Qué gozada de tiempo! se nos ofrece para juntos, los cristianos, a la una, nos estimulemos a fijar nuestros ojos en lo único necesario: el amor que Dios nos tiene y que nos ha manifestado en su Cristo Jesús.
Tiempo para crecer en calidad: calidad de encuentro con el Señor por la oración, la limosna, las privaciones:
Tiempo para dejar que Dios sea Dios en nuestra vida: el primero y principal que da sentido a todo.
El Santo Padre ha escrito para este tiempo un magnifico mensaje todo él centrado en la caridad. Es mi propósito ofrecéroslo dosificado para que todo junto no os empache demasiado y podamos digerir bien juntos esta joya de enseñanza y estímulo en el camino hacia la Pascua.
"La Cuaresma nos ofrece una vez más la oportunidad de reflexionar sobre el corazón de la vida cristiana: la caridad.
En efecto, este es un tiempo propicio para que, con la ayuda de la Palabra de Dios y de los Sacramentos, renovemos nuestro camino de fe, tanto personal como comunitario. Se trata de un itinerario marcado por la oración y el compartir, por el silencio y el ayuno, en espera de vivir la alegría pascual.
Este año deseo proponer algunas reflexiones a la luz de un breve texto bíblico tomado de la Carta a los Hebreos:
«Fijémonos los unos en los otros
para estímulo de la caridad y las buenas obras» (10,24).
Esta frase forma parte de un texto en el que el escritor sagrado exhorta a confiar en Jesucristo como sumo sacerdote, que nos obtuvo el perdón y el acceso a Dios.
El fruto de acoger a Cristo es una vida que se despliega según las tres virtudes teologales:
se trata de acercarse al Señor «con corazón sincero y llenos de fe» (v. 22),
de mantenernos firmes «en la esperanza que profesamos» (v. 23),
con una atención constante para realizar junto con los hermanos «la caridad y las buenas obras» (v. 24).
Asimismo, se afirma que para sostener esta conducta evangélica es importante participar en los encuentros litúrgicos y de oración de la comunidad, mirando a la meta escatológica: la comunión plena en Dios (v. 25).
Me detengo en el versículo 24, que, en pocas palabras, ofrece una enseñanza preciosa y siempre actual sobre tres aspectos de la vida cristiana: la atención al otro, la reciprocidad y la santidad personal."
El fruto de acoger a Cristo es una vida que se despliega según las tres virtudes teologales:
se trata de acercarse al Señor «con corazón sincero y llenos de fe» (v. 22),
de mantenernos firmes «en la esperanza que profesamos» (v. 23),
con una atención constante para realizar junto con los hermanos «la caridad y las buenas obras» (v. 24).
Asimismo, se afirma que para sostener esta conducta evangélica es importante participar en los encuentros litúrgicos y de oración de la comunidad, mirando a la meta escatológica: la comunión plena en Dios (v. 25).
Me detengo en el versículo 24, que, en pocas palabras, ofrece una enseñanza preciosa y siempre actual sobre tres aspectos de la vida cristiana: la atención al otro, la reciprocidad y la santidad personal."
Comentarios
Publicar un comentario
A la hora de expresarse tengamos en cuenta la ley de la Caridad