Para Europa

Santos Cirilo y Metodio ,patronos de Europa
    "Europa necesita un salto cualitativo en la toma de conciencia de su herencia espiritual. Este impulso sólo puede darlo desde una nueva escucha del Evangelio de Cristo. Corresponde a todos los cristianos comprometerse en satisfacer este hambre y sed de vida.
 
    Por eso, « la Iglesia siente el deber de renovar con vigor el mensaje de esperanza que Dios le ha confiado » y reitera a Europa: « "El Señor, tu Dios, está en medio de ti como poderoso salvador" (So 3, 17). Su invitación a la esperanza no se basa en una ideología utópica [...]. Por el contrario, es el imperecedero mensaje de salvación proclamado por Cristo [...] (cf. Mc 1, 15). Con la autoridad que le viene de su Señor, la Iglesia repite a la Europa de hoy: Europa del tercer milenio, que "no desfallezcan tus manos" (So 3, 16), no cedas al desaliento, no te resignes a modos de pensar y vivir que no tienen futuro, porque no se basan en la sólida certeza de la Palabra de Dios ».  
 

    Renovando esta invitación a la esperanza, también hoy te repito, Europa, que estás comenzando el tercer milenio, « vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces ». A lo largo de los siglos has recibido el tesoro de la fe cristiana. Ésta fundamenta tu vida social sobre los principios tomados del Evangelio y su impronta se percibe en el arte, la literatura, el pensamiento y la cultura de tus naciones. Pero esta herencia no pertenece solamente al pasado; es un proyecto para el porvenir que se ha de transmitir a las generaciones futuras, puesto que es el cuño de la vida de las personas y los pueblos que han forjado juntos el Continente europeo.   
 

    ¡No temas! El Evangelio no está contra ti, sino en tu favor. Lo confirma el hecho de que la inspiración cristiana puede transformar la integración política, cultural y económica en una convivencia en la cual todos los europeos se sientan en su propia casa y formen una familia de naciones, en la que otras regiones del mundo pueden inspirarse con provecho.
 

    ¡Ten confianza! En el Evangelio, que es Jesús, encontrarás la esperanza firme y duradera a la que aspiras. Es una esperanza fundada en la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte. Él ha querido que esta victoria sea para tu salvación y tu gozo.
 

    ¡Ten seguridad! ¡El Evangelio de la esperanza no defrauda! En las vicisitudes de tu historia de ayer y de hoy, es luz que ilumina y orienta tu camino; es fuerza que te sustenta en las pruebas; es profecía de un mundo nuevo; es indicación de un nuevo comienzo; es invitación a todos, creyentes o no, a trazar caminos siempre nuevos que desemboquen en la « Europa del espíritu », para convertirla en una verdadera « casa común » donde se viva con alegría.
Juan Pablo II

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