Contra­corriente

El P. Francisco Cergnenux nos explicaba que escribió el artículo sobre el pudor que publicamos antes de ayer, tras leer unos ejemplos admirables. 
 «Dos testimonios que quiero compartirte van "contra­corriente", tal como lo pidió el Papa Francisco a los jóvenes y nos han sido dados por chicas de nuestro tiempo, muy bonitas, inteligentes y nada tontas».


ELEGIDA PARA UNA ACTUACIÓN ENTUSIASMANTE


El pasado 2 de  octubre  se  estrenó  en  la  Arena  de  Verona  el  musical  ''Romeo  &  Julieta:  ama y cambia el  mundo",  que  llegó  al  Gran  Teatro de Roma el día 17. Es una  producción de la RAI, la cadena pública italiana de televisión, y está considerado el musical del  año,  destinado a su emisión en directo  y  en  la hora de más audiencia. Con música de Giuliano Peparini y bajo la dirección de Gérard Presgurvic, la obra lleva seis millones de discos vendidos  en el mundo y ha sido vista ya por dos millones de espectadores en una gira por veinte países. Se trata de una superproducción de David Zard que suma 45 artistas (30 de ellos bailarines), 35 técnicos, 22 personas de producción, un equipo internacional de intérpretes y más de 250 trajes.

Una “Julieta” de primer nivel era una auténtica tentación para cualquier mujer destinada a ser la protagonista del espectáculo, inspirado en la célebre tragedia de William Shakespeare. Fue elegida María Luce Gamboni, una bellísima joven de 18 años que tiene además una voz prodigiosa. Estudia el último año en el Liceo Clásico Mamiani de Pesara (Italia), y séptimo curso de piano en el Conservatorio Rossini. Cuando  le comunicaron que había pasado la prueba para ser Julieta, comprendió que era la oportunidad de su vida. Firmó el contrato y se trasladó a Roma, aun sabiendo que perdería un año de conservatorio. Pero...

Ya cuando estaba metida preparando el espectáculo, un día el director le dijo que en el segundo acto, en la escena de la noche de bodas, debía mostrarse semidesnuda, con un camisón transparente, antes de entregarse a Romeo. Su contrato no decía nada de eso, y María Luce, con personalidad, lo hizo notar. El director dejó pasar la queja, quizá esperando que con el paso del tiempo cedería su voluntad, y durante dos meses la joven continuó los ensayos de diez horas al día. Pero una semana antes del estreno, la cuestión se planteó como una exigencia: o María Luce hacía la escena tal como estaba prevista, o no haría el espectáculo. Y María Luce dijo que no. Anuló la reserva que había hecho en un hotel de Verona, y se volvió a casa, con su familia.

Escribió una carta a sus sorprendidos compañeros de clase, para responder a sus continuas demandas de explicaciones: "Me sentí como un objeto en manos de quien quería utilizarme a mí y a mi feminidad para su propio éxito.  He fracasado en el sentido de que no obtuve aquello que quería, pero he triunfado ante mí misma porque he preferido  mi pudor antes que el dinero o que mis mismos sueños”. Y anima a todos "a no ceder nunca en los compromisos con la vida, a saber renunciar si se comprende que una cosa no es buena para uno mismo, aunque eso signifique perder la oportunidad".

"Muy creyente". El pudor de María Luce no es sólo el rechazo natural a exponer su intimidad. También es una cuestión de su fe y sus convicciones. Así lo explicó ella: "Soy muy creyente y por tanto tengo muchísimo respeto por el cuerpo de la mujer, y no me gusta como es utilizado en la sociedad actual. Muchas mujeres se dejan manipular porque es el único camino hacia el éxito, pero eso me parece insoportable y me opongo a ello". Deja claro que no pretende "juzgar a nadie" ni "dar lecciones", pero sí ofrecer un testimonio de coherencia: "Tengo valores que me imponen límites y quiero que esos límites sean respetados". No se arrepiente de lo que ha hecho: "Profesionalmente era una oportunidad única que probablemente no me sucederá más, pero no podía actuar de otra forma". Y al llegar a Pesacra se encontró con unos padres "orgullosos" de ella, y con la conciencia tranquila: "Por la noche, ya en casa, lloré de felicidad porque hice  lo que creí que debía hacer".

 

Miss Mundo 2013 defiende los valores


Megan Young, una hermosa chica filipina elegida recientemente “Miss Mundo, 2013”, fue quien defendió públicamente otros valores fundamentales. La noticia no tendría mayor importancia si no fuera porque la reina mundial de la belleza ha asombrado al mundo del espectáculo con unas declaraciones fuera de lo esperado en un evento de esa frívola naturaleza.  En una entrevista sobre la sexualidad humana, el matrimonio, la castidad, el aborto y el divorcio, a la señorita Megan se le preguntó acerca del proyecto de "Ley de Salud Sexual y Reproductiva". La chica fue clara y contestó: "Soy pro-vida. El aborto significa matar a alguien que ya está ahí. Entonces, por supuesto, estoy en contra de eso. Estoy en contra del aborto". Después le preguntaron qué creía acerca de las relaciones sexuales prematrimoniales, y la chica respondió: "El sexo está reservado para el matrimonio". ¿Y qué piensa del divorcio? "Yo estoy en contra del divorcio", contestó. Y, como rematando la faena, le pregunta la entrevistadora, que cómo una chica tan mona dice que no a tener relaciones sexuales prematrimoniales. "Muy fácil, dices: No". Y añade: "Cuando alguien te presiona, te retiras. Eso significa que no te valora. No valora la relación. Si el chico está dispuesto a este sacrificio, eso dice mucho”.

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