Un niño de ocho años explica unas pautas sencillas dirigidas a su padre.
Educar no es fácil, pero a veces complicamos sin
necesidad ese díficil arte de encauzar la vida de los más pequeños.
Éste
sencillo vídeo de apenas tres minutos que ReL ofrece a sus lectores, es
una buena herramienta de como el ejemplo y el testimonio personal es
más eficaz y definitivo que una largísima charla moralizante que no está
acompañada por una coherencia de vida.
Comentarios
Publicar un comentario
A la hora de expresarse tengamos en cuenta la ley de la Caridad