UN CAMINO DESDE LA EXPERIENCIA DE UNA NIÑA EN NAVIDAD




Tras el día de la inmaculada las cajas repletas de adornos comienzan a salir y hacen acto de presencia, todo tipo de artículos que a los niños les vuelven locos…este año incluso hemos llegado a tener a los mismísimos Win y Pon frente al portalillo, es una ebullición de emociones que desborda la casa, aquí la regla de “menos es más” no existe,¡¡¡más es mejor!!!!
Durante los siguientes días ensayarán villancicos, y se prepararán para sus actuaciones…memorizarán mensajes de Paz, de Amor, de Alegría… pero aún siguen centrados en las formas…incluso los mayores seguimos ese patrón… compras, regalos, menús, cenas de empresa, mensajitos llenos de grandes deseos… Todo lleno de mucha emoción pero, ¿todo está bien direccionado? Es decir… ¿estamos en camino?
Corremos atolondrados de un lado a otro, sin saber muy bien que pasa. Algo intuimos, pero en realidad no nos paramos a preguntar en qué dirección está Belén , y claro, cuando al fin el hijo de Dios nace, estamos más bien híper-activados y nos abrazamos como si lográramos alcanzar una meta!!!! Nos volvemos locos con los regalos, los WhatsApp y videos navideños, y luego…qué… Después de Navidad estamos tan intoxicados de todos tipo de excesos que como propósito para el año que viene empezamos un régimen, un gimnasio, ser más ordenados, dejar de fumar… y a Dios le hemos dejado allí… con los pañales… en el portalillo.

Inés tiene 21 meses y el día de Nochebuena se acercó a la cuna del niño Jesús que tenemos en el salón y con toda la cara llena de mocos le arreó un beso que me hizo sentir que ella realmente creía estar besando a un bebe de carne y hueso, tal fue mi impresión que cada vez que yo miraba la cuna del niño Jesús, se despertaba en mi la ternura de estar delante de un bebé…La miré y Le vi.

La benjamina de la casa, me hizo contemplar desde su natural ternura, el amor que Dios nos mostró al darnos a su hijo…y brotó en mí una letanía que alguien me enseñó una vez. “QUE CUANDO ME MIREN TE VEAN” y eso tendría que bastar, eso sería mi luz para los demás, debería ser un candil para aquellos que no han saboreado el amor de Dios.
Vivimos tiempos inciertos a lo largo de todo el mundo, aquellos que no simpatizan incluso recelan de los cristianos trabajan con intensidad para que cada vez estén menos presente los símbolos y tradiciones cristianas, en el mejor de los casos͖ en el peor basta con mirar a Siria…pero si vuelvo a mirar a Inés, veo que Dios está aquí, que nada me lo puede arrebatar…nadie lo puede eliminar de mi vida, solo yo soy capaz de alejarme de El…

Desde que Dios entró en mi vida como un torrente desbordado, sé que solo El basta… y eso transformó mi vida de tal manera que ya nada era importante, todo era relativo. Solo Él es capaz de ubicarme en el lugar adecuado cuando me desoriento. Nuestra misión no es en masa, no formamos parte de una iglesia en masa, sino de una iglesia donde todos y cada uno de nosotros estamos íntimamente unidos a Él, de encuentro de Dios con cada uno de nosotros, y por lo tanto de una responsabilidad profundamente personal. No defendemos una cruz por abanderar nuestra dignidad, no es una cuestión de orgullo cristiano, sino de amor de Dios. Por lo tanto lo que a mí me une al otro no es que seamos de una misma comunidad, sino que aquel que tengo en frente es mi hermano. La fe no nos la hemos ganado a base de oraciones y sacrificios, la FE es una gracia que el Señor ha derramado en nosotros, Dios entró en mi vida como un torrente… gratuitamente… yo no hice méritos, más bien lo contrario. Un buen amigo sacerdote me dijo hace poco, “Dios te ama más de lo que te mereces” y fue totalmente revelador que alguien le pusiera palabras a lo que he vivido desde hace años… Desde este punto sólo me queda ponerme al servicio de los demás, sin voluntarismos, sino por amor.
Este amor, esta salida al encuentro el otro no debo realizarla como si fuera a conquistar nuevas tierras, solo debo estar delante del otro como si fuera Dios mismo quien está͖ no voy a enseñar nada, yo no le puedo aportar nada intelectual, no voy con ningún propósito͖ solo deja que Dios obre a través de ti…sin más, cuando El Espíritu Santo sopla, lo hace de forma clara. Esa llama que llevas encendida en ti será la luz que el otro reciba. Es más sencillo de lo que pensamos… Por lo tanto tras la navidad tenemos la certeza de que Dios nos ha regalado la vida, la esperanza y la gracia de sabernos amados, debemos seguir en esa gracia, ser misioneros de nuestra fe, si Dios nos regala a su hijo, no podemos dejarle en el portalillo, cógele y llévatelo contigo … “QUE CUANDO ME MIREN TE VEAN” …
Cuántas veces nos ha dicho Cristo: “no tengáis miedo…” Si algo has sentido en tu corazón en estos días no lo silencies, ¡es Dios mismo quien te llama! ¡Sigue adelante, ese es tu plan de ruta! ¡
¡¡¡ “QUE CUANDO ME MIREN LE VEAN”!!!!!


 Lucía Parrilla publicado en Avanzar


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