ADORACIÓN
“Es hermoso estar con Él y, reclinados sobre su pecho como
el discípulo predilecto, palpar el amor infinito de su corazón. Si el
cristianismo ha de distinguirse en nuestro tiempo sobre todo por el “arte de la
oración”, ¿cómo no sentir una renovada necesidad de estar largos ratos en
conversación espiritual, en adoración silenciosa, en actitud de amor, ante
Cristo presente en el Santísimo Sacramento?” (Encíclica Ecclesia de
Eucharistia, 25).
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