FIESTA FAMILIAR
Con gusto y mucho cariño un año más, me encomiendan que hagamos de articulistas sobre el evento que tuvimos a bien celebrar el Domingo 2 de Octubre en nuestra Casa de Montserrat en Caldes de Montbui que, dicho sea de paso, fue tan admirable como entrañable.
El día estaba dedicado a la familia, por este motivo nos reunimos muchos conocidos, familias y amigos de ejercitantes (abuelos, padres, hijos, nietos) allí se respiraba un ambiente de catequesis, de alegría, ilusión, cordialidad, amabilidad -Toñi y Yo- creemos que lo que se respiraba en la fiesta era mucho amor entre todos los hermanos allí reunidos .
Cabe resaltar muchas cosas hermosas, como fue, el ver a tantos niños corretear y jugar porque consideramos que serán los ejercitantes del "mañana", con ayuda de Dios y de todos nosotros.
De entre todo este acontecimiento, también cabe destacar la circunstancia y cómo no la gran alegría de haber tenido entre nosotros al Obispo Auxiliar de la Diócesis de Terrasa, Mns. Salvador Cristau, que nos dirigió una conferencia muy interesante con el título "Firmes en la fe" y presidió la Eucaristía, concelebrando con él nuestros grandes amigos los Padres Cooperadores José Mª Fernández-Cueto, Hernán Pereda y Enrique Martín, venidos para la ocasión.
En la homilía, el Señor Obispo nos habló de la parábola de "la viña" y de los frutos que tenemos que dar como buenos "labradores", invitándonos, asimismo, a que desde ya, "comencemos a hacer más intensas las relaciones con nuestras parroquias, comunidades ó grupos religiosos o de oración, es decir, planteamientos desde el Evangelio, porque "estamos muriéndonos de sed", nos falta echar raíces auténticas. Escuchar la palabra de Dios no es simplemente oír. Escuchar es atender. Sólo la palabra de Dios sacia nuestra sed."
Concluida la misa, compartimos una buena comida, buen postre con café incluido, y otra "cosita importante" unos cuantos testimonios interesantes de algunas personas jóvenes y no tan jóvenes.
La jornada se cerró con la exposición del Santísimo, el rezo del Santo Rosario, dirigido cada misterio por un matrimonio diverso y, como no podía ser de otra forma, con el momento más sublime, la bendición del Santísimo por el P. Enrique.
Todos marchamos confortados y con la alegría de pronto volvernos a ver.
Antonio Rivas y Esposa
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