TE SIENTES TRISTE Y DEPRIMIDO?? EL PAPA FRANCISCO TE ACONSEJA
“La desolación espiritual es algo que nos sucede a todos
nosotros: puede ser más fuerte, más débil, pero es un estado del alma oscuro,
sin esperanza, cauteloso, que hace no tener ganas de vivir, sin ver el final
del túnel, con mucha agitación en el corazón y también en los pensamientos”.
Pero también, “la desolación espiritual nos hace sentir como
si tuviésemos el alma dura: falla, falla y no se quiere vivir: ‘¡Es mejor
morir’!, añadió el Papa.
Esto mismo es lo que le ocurre a Job, “mejor morir que vivir
así”. “Tenemos que entender cuándo nuestro espíritu se encuentra en este estado
de tristeza grande, con el que casi no se puede respirar: a todos nos pasa
esto. Fuerte o no fuerte, pero a todos nos sucede. Hay que entender qué pasa en
nuestro corazón”, aconsejó.
Francisco invitó entonces a preguntarse las razones de esta
situación. “Qué debemos hacer cuando vivimos estos momentos oscuros, por una
tragedia familiar, una enfermedad, o cualquier cosa que nos lleva a estar hacia
abajo”. Quizás –continuó– alguno piensa “tomar una pastilla para dormir”
y huir “de los acontecimientos”, o “tomar dos, tres, cuatro copas de
alcohol”. Pero esto “no ayuda”, aseguró el Papa.
En cambio, la liturgia del día “nos hace ver qué hacer con
esta desolación espiritual, cuando somos tibios, cuando estamos deprimidos, sin
esperanza”.
Francisco reveló que la respuesta está en el salmo 87:
“Llegue hasta Ti mi oración, Señor”. Por tanto, se necesita orar: “Es una
oración de llamar a la puerta, ¡pero con fuerza!”, exclamó.
“Señor, estoy harto de aflicciones. Mi vida está al borde del infierno. Estoy
entre aquellos que descienden a la fosa, soy como un hombre que no tiene
fuerzas”, dijo el Papa.
“Cuántas veces nos sentimos así, sin fuerzas. Esta es la
oración. El mismo Señor nos enseña como orar en estos momentos tan feos.
‘Señor, me has arrojado a la fosa más profunda. Pesa sobre mi tu furor. Llegue
hasta Ti mi oración’”.
Francisco dijo de nuevo que “así tenemos que rezar en los
momentos más feos, oscuros, de desolación, más duros, que nos endurecen. Esto
es orar con autenticidad, es también desahogarse, como ha hecho Job con los
hijos. Como un hijo”.
El Pontífice destacó que el personaje de la Biblia vivió también
el silencio de los amigos en esta situación. Ante una persona que sufre, “las
palabras pueden hacer mal” y por eso lo importante es estar con él, mostrar
cariño y “no hacer discursos”.
“Cuando una persona sufre, cuando una persona está en la
desolación espiritual se debe hablar lo menos posible y se debe ayudar con el
silencio, la cercanía, las caricias, con la oración ante el Padre”.
A continuación, el Santo Padre dijo que 3 cosas se deben
hacer:
“Primero, reconocer en nosotros momentos de desolación
espiritual, cuando estamos en la oscuridad, sin esperanza, y preguntarnos por
qué. Segundo, rezar al Señor como hoy la liturgia con este salmo 87 que nos
enseña a orar en el momento de oscuridad”, prosiguió el Papa.
“Y tercero, cuando yo me acerco a una persona que sufre, sea
por una enfermedad, por cualquier sufrimiento, pero que está en la desolación,
silencio; pero silencio con mucho amor, cercanía, con caricias. Y no hacer
discursos que al final no ayudan e incluso hacen mal”.
Francisco concluyó orando a Dios “para que nos de estas tres
gracias: la gracia de reconocer la desolación espiritual, la gracia de orar
cuando seamos sometidos a este estado, y también la gracia de saber acompañar a
las personas que sufren momentos feos de tristeza y de desolación
espiritual”.
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