Un estado de vida no escogido



Nosotros que no estamos comprometidos contigo, Jesús,
en un celibato consagrado ni en el matrimonio,
queremos renovar nuestra alianza contigo.
Continuamos caminando por este sendero
que nos llamas a recorrer,
del cual no sabemos el nombre,
cargamos con esta pobreza
de no saber donde nos conduces.

Sobre este caminos hay la herida
de no haber sido escogidos, ni amados,
ni esperados, ni tocados;
hay la herida de no haber elegido,
de no amar, esperar, tocar.
No tenemos pertenencia.
Nuestra casa no es un hogar:
no sabemos donde descansar la cabeza.
Pero decimos "sí" a este camino.
Creemos que es el de nuestra fecundidad,
que por él crecemos en Ti.

Porque nuestros corazones están pobres y vacíos,
están disponibles: les hacemos capacidad
para acoger a nuetsros hermanos.
Porque nuestros corazones están pobres y vacíos,
están heridos: dejamos subir hasta Ti
el grito de nuestra sed.
Y te damos gracias, Señor,
por el caminod de fecundidad
que has escogido para nosotros.

Comentarios

Entradas populares