Nuestra Madre y Maestra
"Del mismo modo como una madre explica el mundo
a su hijo, le muestra lo que debe ver y cómo se lo debe mirar, cómo no sólo le
enseña las palabras del lenguaje, sino que le desvela la realidad
correspondiente para que la palabra surja de la imagen y retorne, así la
Iglesia, apoyándose en definitiva en la experiencia de la madre del Señor, la creyente por excelencia, puede enseñar a sus hijos
la palabra de Dios y transmitirles, gracias a su propia experiencia de madre y
esposa, no sólo el significado sino también el gusto y el olor, el carácter
concreto y encarnado por esta palabra.
Las espantosas devastaciones en el mundo de la fe, no son
posibles sino en una esfera que ha abandonado la dimensión mariana de la
Iglesia, renunciando con ello a todo significado espiritual y a su transmisión
eclesial"
Hans Urs von Balthasar,
La
Gloire et la Croix
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A la hora de expresarse tengamos en cuenta la ley de la Caridad