EJERCICIOS ESPIRITUALES...DE ESTE AÑO QUE NO PASE...


   Parece que hasta en las felicitaciones por el nuevo Año se nota la crisis. Ayer nos contaba un buen amigo: "Me estaba yo diciendo, 'qué raro se me hace que nadie me envía mensajes como otros años por el Año nuevo' , y en esto me suena el bip-bip del móvil. 'Bueno, ¡por fin uno!' Era de la Caixa 'su saldo está a 0'... Mejor no recibir nada" nos terminaba diciendo.
   Y por otra parte ¿qué desear? "Con tener salud, es lo importante" Dicen los que siempre dicen esto, que no son pocos. Pero cuantos hay que sin un céntimo y con salud no ven mucho futuro y lo están pasando mal.
  También los hay que no parecen sufrir de la crisis económica, y con salud y todo no dejan de estar inquietos.
  ¿Qué desear pues?  Pues lo que más necesitamos, aunque hagamos toda clase de piruetas para esquivarlo. Lo que necesitamos de verdad: fe y confianza en Dios.

  "Sí, pero eso no me da de comer" dirán los más racionales, por no decir los agnósticos. Es verdad pero sólo aparente, porque cuando nos acercamos de veras a Aquel que nos ama más de lo que podemos pensar y entender (según decía Teresa de Jesús), cuando creemos que "El lo sabe todo, lo puede todo, y nos ama como nadie", cuando en definitiva lo esperamos todo de El, hacemos la experiencia de una plenitud que ni la salud, ni unos cuantos euros más en el bolsillo nos pueden dar; hacemos la experiencia de saber vivir felices con lo que tenemos, sabemos valorar lo que hasta ahora no valorábamos y que en definitiva ... era lo más importante. Y sin dejar de sufrir y de carecer, descubrimos un mundo nuevo que se nos escapa si no estamos atentos, y aprendemos poco a poco a vivir plenamente felices sin encerranos en nuestras carencias.

  Es por eso que no dejamos de estar convencidos que en este Año 2013, Año de la Fe que nos regala la Iglesia, no podemos dejar de ofrecer mejor obsequio a todos y cada uno de los hombres, en las circunstancias en las que se encuentren, que la experiencia siempre plenificante de los Retiros Espirituales, y más aún de los Ejercicios Espirituales.
  ¿No te lo crees? ¡Haz la experiencia!  
  Toma tu agenda y prevé cuando lo harás, como me decía un joven hace unos días: "voy a tratar de encajármelos ya en la agenda que si no se me escapan los días y no los atrapo"

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