MI HORA ESTÁ CERCA

"MUERO DE NO MORIR"
   6-4-1909,  Jueves Santo, después de una hora y media frente al monumento, el Padre  Vallet expresa un diálogo entre el Señor y su alma, a partir de un pasaje de S.Mateo 26,18 "MI HORA SE ACERCA". Os lo ofrecemos para el Triduo Santo que hoy comenzamos y en el que el blog permanecera en silencio, hasta la Pascua.


    EL ALMA: Dime, Maestro, ¿Cuál es ese tiempo? ¿Cuál es tu tiempo Señor? ¿Que es ese tiempo que ya se nos acerca? Quizás Señor yo no comprenda lo que quieres decir con ello! ¿No te he ofendido bastante para que tu quieras dejar venir ese tiempo que tantas veces has profetizado? ¿Es el tiempo en el que debemos escandalizarnos de Ti, renegarte? ... ¿Es el tiempo de tu Pasión y sus dolores, es el tiempo de tu muerte? ... ¡Y lo llamas tuyo! ¡Oh Jesús mío, si pudiera retenerlo, si pudiera yo, sufrir en tu lugar. Si ese tiempo pudiera ser el de tu gloria! ¡Si pudiera robarte ese tiempo que dices tuyo! ¡No me reprendas como a Pedro! Que yo no sea escándalo tan miserable! Tu tiempo llegó, ahí esta muy cerca y yo acabo de pecar ahora! ¡Qué pena, Dios mío! ¡Que mis faltas tan grandes estén tan cerca de tu tiempo! ¿Por qué, Señor, ese tiempo debe ser tuyo? ¿Por qué lo amas hasta ese punto? ¡Oh, si al menos estuviera más lejos de mis pecados!
    JESÚS: Alma de mi amor, no tengas miedo, pues te he amado, tu eres mía. Te amaré hasta el final. Ven, descansa sobre mis rodillas, abrázame, reposa tu cabeza sobre mi corazón... Sí, mi tiempo se acerca, está muy cerca, en el que mi corazón oprimido podrá derramarse, mis deseos cumplirse, el tiempo en donde, vuestros corazones purificados, los tendré al abrigo de mis enemigos! Si (alma mía) mío es el tiempo porque es vuestro. ¡Es vuestro verano y el mío, es mi siega y vuestra cosecha, tiempo de abundancia y de riqueza, de embriaguez! 
   Es también mi tiempo porque es de dolores, de agonías, abandono, desprecio, humillación y muerte, pues muero de no morir. Es el tiempo que espero desde mi Encarnación, mi infancia, toda mi vida. Fue el tormento de mi vida entera, no por parecerme amargo, sino por estar demasiado lejos. Ahora al fin, pasó esta espera de eternidad; aquí está mi tiempo! Lo encontraré breve, lleno de dulzura, un día muy rápido, con grandes frutos y beneficios...  
   Es mi día, el de tu libertad y de la redención de todos lo que amo y he elegido. ¡Con gran deseo he deseado ver este día! En él consumaré la Obra de mi Padre; en él seré todo vuestro, con toda mi alma, mi cuerpo, mi sangre; en ese día os daré el Reino, en él os daré la luz. ¡Es mi día y mi tiempo, alma de mi Alma!

    Consuélate, como se consuela y resigna mi Santísima Madre, mi perfecta, mi paloma; consuélate con Ella: es mi tiempo en el que debo dártela en toda verdad por Madre, para que te alimentes de su seno, que te formes en su corazón y que te unas a Mí con lazo estrecho con la misma Madre, que tú seas así mi dulce hermana, mi  hija amada, mi santa esposa, porque tú serías hija de mi Hermana, de mi Hija, de mi Esposa querida y llena de dulzura.

    EL ALMA: ¡Oh Jesús, mi buen Jesús, si tu tiempo debe llegar, ¿cómo llegará el mío? ¡Cómo, Señor, debo consumirme en este deseo! Si tú, Señor, esperas ese día de tus hijos, ¡cómo no voy a esperar yo, el de mi Padre! ¡Pobres deseos de una espera que debería atormentarme! Dame al menos, buen Jesús, dolor y muerte de no amarte. Mi tiempo ¿no se acerca? ¡El tiempo de mi conversión tan deseada! El tiempo de llenar tu corazón. 
   Oh, mi Jesús, mira mi tibieza y mi frialdad, el invierno eterno de mi miseria, mi orgullo de siempre, mi noche continua de ignorancia y de falta de fe! ¿Cuándo, Señor, vendrá el día? "Mi tiempo se acerca"(dices Tú) y ¿el mío? Cuándo será, Señor, que sabré que puedo sufrir por ti, mi Dios, y aprender a amarte? 
   "Y muero de no morir" y de no sufrir y de no amarte! ¿Cuándo vendrá, Señor, el tiempo de darte satisfacción por mis pecados y mis ofensas, de desagraviarte de mis desprecios? ¿Será necesario que antes te traicione? ¿Que me escandalise de Ti, que te niegue? ¡Oh, esto no, Señor mío, mi Vida, mi Amado de gran precio! Eso no. No desprecies este pobre capullo de humilde cardo, Esposo lleno de delicias, blanco y rico en color,  esto no ! ¡Esplendor del Rey eterno y su gloria, Amor, Amor, eso no! 
   Que llegue mi tiempo, el de mi juicio mil veces repetido, aún el de mi infierno, pero con tu amor, antes que negarte y ofenderte más. ¡Venga enfin mi tiempo de sacrificio, de humillación y de dolor! ¡Que llegue en fin sobre mí esta hora llena y tuya, mientras que, por amor, estas desnudo sobre la Cruz! Con gran deseo deseo esta hora,. Quiero y aspiro muy fuerte y lo espero de Ti... El tiempo se acerca y estoy ¡tan distraído! Retrasa Señor, tu día: no he hecho aún penitencia por mis pecados, no he llorado a tus pies, no los he ungido con perfume, no he derramado sobre tus cabellos dorados el precioso ungüento de la penitencia. Espera un poco, Jesús mío. Dame, sin tardar, tu gracia. 
     Madre de dolores, ven pronto en mi auxilio. ¡Llegó el día del amor, el día de Bodas, y mi corazón está cerrado! Mi lámpara está apagada y sin aceite, el día de la luz y no veo el celeste Banquete, no tengo hambre de él. ¡Oh, qué enfermo estoy! ¡Salud de los enfermos! ¡Vaso de devoción! ¡Madre de Cristo! Rosa mística, ven. A.M.D.G."

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