¡Y vaya año!

Sí. Un año que se nos va. ¡Y vaya año!
Un año rico en acontecimientos. Podríamos contemplarlo con la Santísima Trinidad y todos los ángeles y santos desde el balcón del cielo, un poco a la manera de san Ignacio en la contemplación de la Encarnación.  
Año de grandes alegrias y también de tristezas.
Año de enlaces matrimoniales entre nuestros queridos amigos y ejercitantes (como lo fue la boda de Pablo y Yolanda en Javier, la de Cristina y Quico en Sabadell por citar sólo a algunos).
Año de nacimientos como el de Gema de Miguel y María, o los gemelos Marc y María de Cristina y José que han alegrado tanto a Antonio y Pepita.

Año del bautismo de nuestros cuatro rusitos (pues todos los amigos cercanos a la casa los hemos adoptado también)
Año de las Bodas de oro de nuetros queridos Joan y Margarita Guinart.


Año también de fallecimientos. No podemos dejar de recordar a nuestra querida Hermana Mª del Carmen que se apagaba el 8 de marzo para volar junto al Señor. Ha dejado un gran hueco entre nosotras. Pocos días después nos dejaba también nuestra fiel amiga Teresa Arno de Caldes.


Año de la ordenación sacerdotal de nuestros primeros hermanos Cooperadores congoleses, gran esperanza en nuetra familia religiosa.

Año que concluimos con una pequeña, pero esperamos fecunda, tanda de Ejercicios Espirituales de la que esperamos compartiros los testimonios la próxima semana.



Año de grandes vivencias eclesiales entre las que destacan la beatificación de Juan Pablo II el domingo de la Divina Misericordia, el encuentro de oración por la paz en Asís.

Y cómo olvidar las JMJ de Madrid donde participamos con entusiasmo un grupo catalán cpcr. ¡Qué de recuerdos y hermosas vivencias compartidas!


Año de grandes acontecimientos en nuestro mundo, no lo olvidemos. Sí, en el año 2011 hemos visto el derumbamiento de grandes colosos como varias tiranías entorno al Mediterraneo. 
  
Año en el que hemos asistido a un fuerte cuestionamiento de la infalibilidad de la ciencia con la catástrofe nuclear de Fukushima. Y no ahondaremos en el visible quebrantamiento de un sistema economico, de cuya crisis todos padecemos y que pone en evidencia que la verdadera crisis de la que sufre nuestro mundo es la crisis de auténticos valores.

Creo que no nos faltan motivos para dar gracias al Señor, alabarle por todo lo que realiza en nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestra Iglesia, en nuestro mundo. Con María tenemos motivos para cantar "Magníficat anima mea Dominum" 


Hemos de reconocer humildemente también en este último día del año que no estamos a la altura de su infinito Amor, que nos falla la fe, la confianza firme, el amor constante. Con la pequeña Teresa del Niño Jesús tenemos de qué "cantar eternamente las misericordias del Señor".


¿Cómo encaramos el nuevo año? Con confianza. "Dios lo sabe todo, lo puede todo y nos ama",  entonces ¿qué problemas podremos tener? El no hacer a Dios la confianza que se merece para colaborar con El, día a día, en la construcción de un mundo más humano, más feliz, más auténticamente fiel al designio de Aquel que nos ha creado por amor y para amar.

 

¡¡¡FELIZ Y SANTO AÑO 2012!!!  
Será feliz verdaderamente si es santo.

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