Nueva Feliz Navidad!!!


   Es hora de ponernos a pensar en Navidad, pero en serio; a obrar en consecuencia navideña, pero de verdad. 
   He aquí una propuesta: apostar por una Nueva Feliz Navidad, de palabra y de obra; con la vida entera, querer ser para todos, expresión elocuente de una Nueva Feliz Navidad. Ganaremos todos y el mundo será distinto y mejor.
   Por las calles veremos luces —aunque dicen que menos que otros años, ¡buena idea, será para abaratar costos!— esas luces nos están invitando a descubrir que ahí está Dios porque Dios es luz; que ahí está Cristo, porque él es la luz del mundo. Dejémonos penetrar por tanta luz para que en nosotros no haya tinieblas de maldad alguna y todo nuestro ser brille de dentro a fuera con la Gracia de Cristo como hijos de la luz y seamos así, con espontaneidad, expresión gozosa que a todos anuncia: Nueva Feliz Navidad.
    Veremos ríos de gente que va y que viene con muchas cosas entre manos y en las manos. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Será porque quieren dar y compartir y solidarizarse? ¡Maravilloso! ¿Será que piensan todos en los demás? ¿Poner algo o mucho en tantas manos vacías que no pueden trabajar y de tantas familias que ya no tienen para vivir? Para ellos también es Navidad. Hay que acercarse a su pobreza, ni querida ni buscada, y hacérsela más llevadera, si no podemos disminuírsela o quitársela. En lo poco o en lo mucho, ¡todos podemos!  Habrá  que acercarse a ellos, darles la sonrisa, el calor de una mirada y -¡por qué no!- el valor de una cena para que puedan, siquiera esta Noche Gozosa, tener buena cena y mejor, y una Nueva Feliz Navidad.

   Escaparates muy vistosos y brillantes, árboles de Navidad naturales y artificiales. Bienvenido todo, si ello nos conduce a la alegría y al alborozo navideño sin caer en el consumismo, ahorrando y practicando la austeridad, gastando menos que más y tal vez sólo lo necesario; y con eso vivir y compartir de verdad el calor hogareño con toda la familia entre cantos y danzas, villancicos y algunas oraciones, gozando en armonía de una muy Nueva Feliz Navidad.

   Nos sorprenderán, ¡claro que sí!, belenes muy hermosos aquí y allá, en las calles y en las plazas. Belenes grandes y pequeños, muy sencillos o muy trabajados y ricamente armados. Belenes que dicen la fe de tantos y tantos siglos y personas, y sobre todo que retratan al vivo el misterio de nuestro Dios hecho Niño, -causa verdadera de la Nueva Feliz Navidad- hombre humano como nosotros, por nosotros y para nosotros: lección viviente de Amor y de Vida que todos los días tenemos que aprender y en estos días navideños, de nuevo, actualizar: en la Misa, en la calle, con los demás.  Porque es Nueva Feliz Navidad. 
 

   Y en casa, ¡ah! en casa, sin duda, montaremos entre todos el Belén como rico tesoro de historia familiar de fe y tradición, que nos hace pasar horas inolvidables, ricas de vida de familia: enseñamos, aprendemos, transmitimos así también la Nueva Feliz Navidad. Y si no ponemos el Belén, porque ya no hay niños y todos somos mayores, al menos pondremos “el misterio”: María, José y el Niño. Y después y en todos estos hermosos días, ante el Belén o el Misterio, trabajaremos, rezaremos o callaremos, contemplaremos y pediremos por todos, todos, y cantaremos: «Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz  a los hombres amados de Dios». Así se vive la Nueva Feliz Navidad.
   He aquí la Navidad de quienes quieren vivirla de un modo nuevo. Dios ha hecho de esta tierra su lugar. Esto hay que celebrarlo y vivirlo para que Él nunca se vaya y sea siempre, cada día y para todos: Nueva Feliz Navidad.
  Este deseo, nuestro y vuestro, lo empezamos sin dilación a  concretar. Quiera Dios que todos tengamos una Nueva Feliz Navidad.
P. Gregorio Rodriguez
Revista Avanzar

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