para vivir la Eucaristía

Muchos van a Misa con la expectativa de sacar mucho provecho de ella, pero lo que se obtiene en la Misa depende de qué tipo de cambio se está dispuesto a hacer antes, durante y después de la celebración, porque lo que se pone en la Misa determina lo que se obtiene de ella.

Permitidme que os de alguna sugerencia que me ha ayudado a sacar más provecho de la Misa. Aquí hay ocho rápidas indicaciones:

1. Prepárate adecuadamente para la Misa

• Lee y estudia las lecturas antes de ir a Misa, y escucha con atención cuando se proclama la Palabra.

• Estudia las enseñanzas de la Iglesia. Cuanto más conozcas a Jesús y su Iglesia, más la amarás. No se puede amar lo que no se conoce.

• Confiésate regularmente. Esto te ayudará a prepararte espiritualmente.

• Reza cada día. ¡Sin oración no tienes poder espiritual!

• Vístete de manera apropiada. Vas a encontrar al Rey de los Reyes. No te vistas como si fueras a una cita a comer, a la calle o a clase. Es una ocasión especial.

• Llega a tiempo y siéntate delante. Menos distracciones y más tiempo para la oración antes de la Misa.
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• Una vez en la Iglesia, no hables y no mires a las personas. Reza.

2. Ten una actitud adecuada

• No esperes algo entretenido. Estás allí para ofrecer a Dios adoración y recibir la gracia.

• Busca a Dios en cada momento de la Misa.

• No permitas que las distracciones externas turben tu paz interior.

• Encuentra en la predicación una información preciosa para llevarte a casa.

3. Participa plenamente

• Canta, aunque desafines.

•Responde a las plegarias y reza con ganas. Da todo a Dios y no te preocupes de los demás.

• Recuerda que la Misa no es momento para las relaciones sociales.

• Ofrece a Dios tu dolor y tu sufrimiento, tu alegría y tus oraciones.

4. Escucha la Palabra de Dios, y déjale que te cambie

• ¿Estás abierto a la posibilidad de que Dios te cambie? Si no lo estás, no cambiará.

• Escucha la Palabra que se proclama y déjala que te desafíe.

• Encuentra un elemento de la homilía que aplicar durante la semana.

5. Conoce, comprende y proclama tu fe

• No te limites a recitar el Credo – proclámalo comprendiendo lo que dices.

6. Da el diezmo. Si cada católico diera el diezmo, piensa en todo lo que se podría hacer.

• Sí, es nuestro deber sostener a la Iglesia, pero más por nuestra fe que por la Iglesia.

• La mayor parte de la gente da una “propina”, no el “diezmo” – da el diezmo y no una propina.

• Ofrecer el diezmo nos ayuda a ordenar correctamente los dones que Dios nos ha dado.

7. Cuando recibes a Jesús en la Eucaristía, entiende lo que estás haciendo

• Estás asumiendo el Cuerpo, la Sangre, el alma y la divinidad de DIOS.

• Te estás uniendo al cielo en la tierra.

• Te estás haciendo una cosa sola con el Cuerpo de Cristo.

• Ten reverencia.

• Comprende que Él está en todos los que le hayan recibido.

8. Habla a los demás de Él

• Ahora tienes el poder de evangelizar (compartir la Buena Noticia de Cristo), que es el motivo por el que existe la Iglesia.

“Si comprendiéramos de verdad la Misa, moriríamos de alegría” - San Juan María Vianney

Marcel LeJeune, director asistente del St. Mary's Catholic Center en la Texas A&M University. 

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