Han pasado diez años



El Papa San Juan Pablo II constituyó la diócesis de Terrassa el día 15 de junio de 2004. Han pasado diez años. A lo largo de este tiempo hemos ido “construyendo” la diócesis entre todos: laicos y laicas, miembros de la vida consagrada, diáconos, presbíteros, obispos. Ciertamente, ha sido un reto apasionante y al mismo tiempo una tarea fructífera llevada a cabo en comunión y corresponsabilidad. Ahora, al llegar al primer decenio de vida diocesana, damos gracias a Dios por todos los dones recibidos.
Desde el primer momento hemos procurado dinamizar la vida de la comunidad diocesana y dar respuesta a los retos del momento presente. Somos conscientes de que nos hallamos inmersos en un proceso de secularización y globalización que genera cambios profundos en la sociedad y en las personas. A través de los planes pastorales, hemos procurado plantear nuestra acción en clave evangelizadora en todos los ámbitos y en todos los momentos, desde las celebraciones más solemnes o los proyectos formativos y sociales más complejos, hasta los actos  administrativos más sencillos. Esto significa hacerlo siempre en clave de acogida, de propuesta y de anuncio.
 Hemos dedicado una atención especial a las personas afectadas por la crisis económica ofreciendo una respuesta solidaria, haciendo presente el amor de Dios en medio del mundo con obras concretas. Además de los muchos proyectos que ya existían, durante estos años hemos inaugurado en distintos lugares de la diócesis, pisos para mujeres abandonadas y para hombres sin techo, comedores sociales, un piso para presos de tercer grado, despensas solidarias, etc. Cáritas diocesana y las Cáritas  arciprestales y parroquiales hacen un esfuerzo extraordinario, como no se había visto jamás, con la colaboración de todas las comunidades cristianas, de las diferentes instituciones y administraciones, y también de las propias familias.
El reto de la escasez de sacerdotes y la falta de vocaciones sacerdotales era y es también una cuestión preocupante. Nuestra respuesta fue arriesgada y sobre todo esperanzada: la constitución del Seminario de San Juan Bautista, con fecha de 29 de junio de 2006, solemnidad de los apóstoles san Pedro y San Pablo.
 Podríamos hacer memoria de otras actuaciones, de muchas iniciativas que son fruto de la vida diocesana. Doy gracia a Dios y a todas aquellas personas que hacen posible que nuestra  pequeña barca continúe avanzando mar adentro. La visita pastoral es una ocasión privilegiada para mí y para el Obispo Auxiliar, Monseñor Salvador, de conocer más de cerca esta vitalidad. Constatamos que somos pobres en muchos aspectos. Ahora bien, gracias a Dios, podemos decir que no estamos en un período de decadencia o de bajón. Aun siendo pobres y pequeños, vivimos un momento de anuncio, de propuesta, de salir a las plazas y a las calles a anunciar el Evangelio, en un sentido teológico y pastoral, y podríamos decir que también físico y exterior, haciendo visible la Iglesia, el Pueblo de Dios, en el espacio público.

Hace justo un año saludé por primera vez al Santo Padre Francisco en la Plaza de San Pedro de Roma. En aquella ocasión le pedí una palabra para la diócesis. Él insistió mucho en que no tuviéramos miedo de las dificultades, que viviéramos el dinamismo misionero que trae la Buena Nueva al mundo, que no apagáramos el Espíritu, que mantuviéramos la audacia y la firmeza espiritual; y sobre todo, que confiáramos siempre en el Señor. Así seguiremos haciéndolo de la mano de María, Virgen de la Salud, que congrega la familia diocesana en la concordia y la unidad.
  + Josep Àngel Saiz Meneses
Bisbe de Terrassa

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