Adios al P. Cura




Con honda impresión por lo que toda separación implica y profunda edificación, vengo a anunciarles que hoy, día de la Ascensión del Señor a los cielos, nuestro queridísimo Padre Pedro Cura, ha subido con el Señor, a celebrar su triunfo en el cielo.
            Con buen servidor y después de una jornada de retiro mensual para los ejercitantes, que él dirigió personalmente y en la que celebró la misa de la ascensión diciendo “ya estamos con la cabeza en el cielo”, por la noche dijo sentirse un poco indispuesto y que no iría a la mesa a cenar. Al levantarnos el Padre Gregorio se acercó al Padre para ver cómo se sentía y se lo encontró pidiendo la unción de los enfermos porque se sentía morir. 
Inmediatamente le administré el sacramento de los enfermos y el Santo Viático y eso pareció animarlo para darnos algunas  indicaciones de donde estaba su historial de enfermo y pedir que llamáramos a su hermano Javier. Mientras tanto llamábamos la ambulancia que tardó unos minutos en llegar. El Padre García quiso tomarle la presión y el P. Rafael, experto acompañante del Padre Francisco, estaba a su lado diciendo “ha tomado la última bocanada de aire”. El enfermero de la ambulancia confirmó, “ha fallecido; hubiera sido inútil hacer nada en un caso así”.
Con él se nos va un pedazo de vida de la Congregación, de amor y entusiasmo por nuestros ideales, un trabajador incansable. que además de lo hecho en las innumerables tandas de ejercicios dadas en su vida, de las almas que atendió personalmente y en estos últimos años su trabajo en la universidad, nos deja uno de esos gigantes que nos llevan,  a la nueva generación, sobre sus hombros.
El Padre tenía 82 años, había entrado con 17 al noviciado tuvo cargos muy importantes dadas sus cualidades y su recuerdo nos impulsa a ser mejores.
Oremos por su alma y encomendémosle nuestras pequeñas pero amadas Congregaciones. El Señor lo tenga en su gloria y le pague con la gloria lo que nosotros nunca podremos ni siquiera explicar todo lo que le debemos.

                                                                                  P. Hernán Pereda, cpcr

Comentarios

  1. nuestra oración por el eterno descanso del alma del Padre Cura. Experimento, las lágrimas de Jesús ante su amigo Lázaro, pero me invade la confianza y alegría de saber que goza de la visión del Padre. Mi oración también por cada uno de esta querida comunidad. Un fuerte abrazo

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  2. Lamento la marcha del P. Cura porque lo aprecio mucho y lo considero un hombre santo. Me alegro que ahora tenemos otro estupendo intercesor en el Cielo. Os acompaño en el sentimiento y con la oración.

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  3. Ahora P.Cura, siga animándonos incluso más que antes. Lo necesitábamos aquí, pero desde el Cielo nos va a seguir cuidando y queriendo. Muchas gracias por todo lo que me ha entregado durante este tiempo, usted y la congregación.

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  4. No coneixia el P.Cura.
    Sí, la casa de Caldes:. una trobada del Consell de Pastoral de la Parròquia del Carme de Terrassa.
    Un record per la comunitat de religioses, especialment per la germana Verònica.
    Que seguiu fent la labor per les comunitats cristianes de la nostra Església.
    Que el Senyor tingui a la glòria el P. Cura.

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  5. No lo he conocido, pero una persona que ha contribuido y ayudado a que tanta gente encuentre o reencuentre el camino.
    En Caldes lo hemos encontrado muchos y estoy seguro de que tendrá la felicidad de estar cara a cara con Nuestro Señor Jesucristo, des de allí guiará nuestros caminos

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