UN ROSTRO PARA CONTEMPLAR

Hoy celebramos a Santa Venica, la que valientemente salió al paso de Jesús con la Cruz a cuestas y le enjugó el rostro.
Es verdad que no es un personaje que esté propiamente en el Evangelio; la tradición nos la ha dejado consignada en la 6ª estación del Vía Crucis, y creemos que no es sin provecho la meditación de esta escena en la que la compasión y generosidad valerosa sale al paso de Cristo sufriente.
La Iglesia conserva el llamado velo de la Verónica en el Sanuario del Santo Rostro, en Manopello (Pescara, Italia). Su Santidad Benedicto XVI, en septiembre del 2006 peregrinó a este santuario y veneró aquella reliquia cuya imagen parece sobreponerse perfectamente al rosto de la Sábana Santa.
Esta celebración nos recuerda la necesidad que tenemos los cristianos de buscar sin cesar el Rostro de Jesús. "Tu Rostro buscaré Señor, no me escondas tu Rostro" dice el salmista.
Y ¿No es ese el programa eclesial que el próximamente Beato Juan Pablo II nos dejó al comenzar el nuevo milenio?

"« Queremos ver a Jesús » (Jn 12,21). Esta petición, hecha al apóstol Felipe por algunos griegos que habían acudido a Jerusalén para la peregrinación pascual, resuena también espiritualmente en nuestros oídos. Como aquellos peregrinos de hace dos mil años, los hombres de nuestro tiempo, quizás no siempre conscientemente, piden a los creyentes de hoy no sólo « hablar » de Cristo, sino en cierto modo hacérselo « ver ». ¿Y no es quizá cometido de la Iglesia reflejar la luz de Cristo en cada época de la historia y hacer resplandecer también su rostro ante las generaciones del nuevo milenio? Nuestro testimonio sería, además, enormemente deficiente si nosotros no fuésemos los primeros contempladores de su rostro...
No nos satisface ciertamente la ingenua convicción de que haya una fórmula mágica para los grandes desafíos de nuestro tiempo. No, no será una fórmula lo que nos salve, pero sí una Persona y la certeza que ella nos infunde: ¡Yo estoy con vosotros!
No se trata, pues, de inventar un nuevo programa. El programa ya existe. Es el de siempre, recogido por el Evangelio y la Tradición viva. Se centra, en definitiva, en Cristo mismo, al que hay que conocer, amar e imitar, para vivir en él la vida trinitaria y transformar con él la historia hasta su perfeccionamiento en la Jerusalén celeste.

Es un programa que no cambia al variar los tiempos y las culturas, aunque tiene cuenta del tiempo y de la cultura para un verdadero diálogo y una comunicación eficaz." (Novo Millennio Ineaunte)

Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio son una escuela formidable de contemplación del Rostro de Cristo, para amarle más y seguirle mejor. para mejor reconocerlo en las realidades, en las personas, en los acontecimientos en los que se desenvuelve nuestra vida ordinaria.
Hoy es también la fiesta de nuestra Superiora, Madre Marie Veronique, de origen francés. Para nosotras celebrar a la Superiora es celebrar al mismo Jesús que por su medio nos desvela su voluntad y nos conduce en el camino de la santidad.
Os asociamos a las oraciones que por ella, por sus intenciones y necesidades vamos a elevar al cielo. Que el Señor la bendiga como bien se merece.

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