APOSTAR POR LA FAMILIA

Ayer os prometíamos compartiros algo de nuestro retiro del domingo. Viene muy a propósito con las intenciones del santo Padre para este mes de febrero: en las que Benedicto XVI pide a los fieles que recen para que se respete a la familia y se reconozca su papel en la sociedad.
Unas 50 personas entre abuelos, padres, e hijos que corretearon la propiedad de arriba a bajo y pusieron un ambiénte fenomenal, se reunieron en nuestra casa. Los adultos por la mañana vivieron en un clima de recogimiento que les ayudó a replantearse y dar sentido a lo cotidiano.
Por la tarde nuestro amigo Juan Antonio Mulá nos hizo una muy interesante exposición de todo lo que comporta la nueva ley del aborto, de lo que dice y lo que no dice dejando espacio a toda clase de aplicaciones, de la manera espeluznante con la que el aborto se realiza, y lo que supone jurídicamente la objección de conciencia no sólo para el personal directamente sanitario sino para todo el que directa o indirectamente haya de colaborar en este crimen masivo. Los participantes pudieron intervenir con sus cuestionamientos y reflexiones que nos enriquecieron a todos. Está claro que hemos de unir nuestras voces, nuestras pequeñas o grandes acciones para proclamar ese "SI, a la VIDA" para que nuestra sociedad de muerte no triunfe.

Os comentaba que la familia era el tema de la primera de las intenciones de oración que el Santo Padre para este mes de febrero, ha confiado al Apostolado de la Oración, iniciativa que siguen casi 50 millones de personas en los cinco continentes. Esta dice así:
 “Para que la familia sea respetada por todos en su identidad, y se reconozca su contribución insistituible a favor de toda la sociedad”, dice la intención general."
La preocupación del Papa y de la Iglesia por la familia es evidente, ante la persecución y desprecio que esta está sufriendo en nuestros países "civilizados". La familia es un bien insustituíble para la sociedad porque es la primera celula social humana en la que el individuo nace, crece y aprende a ser persona social de manera natural y equilibrada. La familia es un bien para la buena marcha de la sociedad, y si no, miremos las consecuencias desastrosas de su destrucción.
Cada mes, el Pontífice propone también una intención misionera.La de febrero dice así:
“Para que en esos territorios de misión donde es más urgente la lucha contra las enfermedades, las comunidades cristianas sepan dar testimonio de la presencia de Cristo junto a los que sufren”. 
Las enfermedades deben ser combatidas. Cristo mismo tuvo compasión de las multitudes de enfermos y pasaba sanando de las enfermedades.
Los cristianos debemos hacernos cercanos, dejar llegar a través nuestro a Cristo hoy entre los que sufren.
Unamos nuestra oración por estas intenciones de nuestro Sumo Pastor, intenciones que son tan necesarias a nuestra humanidad.


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