¡HACE FALTA PEDIRLA! ¡¡IMPLORARLA!!
La radicalidad de Jesús al expresarse, que hoy escuchamos, nace de un convencimiento
profundo, profundísimo: “sólo en la medida que realmente la persona me siga, encontrará
la vida, la luz, la verdad, la felicidad.” ¡En Cristo, Dios nos lo da todo!
Y de esta certeza que habita en su corazón nacen
las expresiones más exigentes de seguimiento de todo el evangelio: “El que ama
al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama al hijo o a
la hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en
pos de mí, no es digno de mí”.
2. Sólo Dios puede hablar así. Escuchando estas
palabras entendemos que ante Jesús sólo hay dos alternativas posibles: “era un loco”,
o “es Dios”. No hay una tercera vía... ¡¡Amar a Jesús más que a los hijos!! El
que lo dice o está loco o es Dios...
Descartemos que sea un loco, porque un mensaje
tan sublime como el suyo, tan coherente con la naturaleza humana, tan
inspirador para millones de personas, no puede ser fruto de la mente de un loco.
Y si es Dios, prestemos mucha atención ... porque
lo que dice, lo dice buscando nuestro bien...
3. La Palabra de Dios que vamos proclamando
cada domingo, siempre ha de ser escuchada bajo este prisma: Jesús me comunica lo
que es mi mayor bien...
La palabra de hoy nos lleva a mirar nuestro
interior... A valorar como estamos siguiendo, como estamos amando a Jesús,...
Mirar nuestro interior. Muchas veces, la oración empieza por aquí: ante la palabra,
miramos dentro nuestro, y entonces, comprendemos tantas, tantas, deficiencias,
en nuestro seguimiento que mana espontánea una plegaria... “¡¡¡Señor ayúdame a
vivir esto que me propones!!!”. Señor es que no puedo, soy débil,..., ayúdame...”
Dios se complace en la pequeñez de María, “ha mirado
la humillación de su esclava”. También nosotros nos hemos de sentir humildes…
¡¡Seguir a Jesús como nos lo propone hoy es
una gracia!! ¡Hace falta pedirla! ¡¡Implorarla!! Porque de esta manera predisponemos
nuestro corazón a acoger gracias que el Señor nos quiere conceder...
Relacionado con todo esto, hablar un poco de los
campamentos... Hemos estado cuatro días de campamentos con los pequeños de la
kt-kolla y, algunos niños de primera comunión. El lema de los campamentos era:
“Jesús acampa entre nosotros”. Hemos trabajado las diversas presencias de Jesús
entre nosotros: la palabra, los pobres, la oración, la eucaristía, en nosotros...
En medio de los campamentos, entre la zona de tiendas de chicas y de chicos, había
una tienda, la del encuentro, donde había una gran imagen de Jesús... Hemos hecho
visible que Jesús acampa entre nosotros.
Él ha acampado entre nosotros, Él se ha quedado
entre nosotros, para comunicarnos vida, luz, verdad, pero, esto ¡¡sólo es
posible si le seguimos de verdad!! ¡¡Si le amamos más que a todo!!
¿Qué lugar ocupa Cristo en nuestra vida?,
¿Tenemos la vida planteada para que aquello que más amemos sea Cristo?,... Vayámoslo orando esta semana.
Que esta eucaristía nos ayude a seguir Cristo,
como Él desea ser seguido...
Francesc Jordana
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A la hora de expresarse tengamos en cuenta la ley de la Caridad