FESTIVIDAD DE LA ASUNCIÓN DE MARÍA
“El Nuevo Testamento, aun sin afirmar explícitamente la
Asunción de María, ofrece su fundamento, porque pone muy bien de relieve la
unión perfecta de la Santísima Virgen con el destino de Jesús. Esta unión, que
se manifiesta ya desde la prodigiosa concepción del Salvador, en la
participación de la Madre en la misión de su Hijo y, sobre todo, en su
asociación al sacrificio redentor, no puede por menos de exigir una
continuación después de la muerte. María, perfectamente unida a la vida y a la
obra salvífica de Jesús, compartió su destino celeste en alma y cuerpo”.
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