LA SOLEDAD DE MARÍA



El Sábado Santo es el día en que la Iglesia contempla el "descanso" de Cristo en la tumba después de la victoriosa lucha de la cruz. La Iglesia, una vez más, se identifica con María: toda su fe es recogida en Ella, la primera y perfecta creyente. En la oscuridad que envuelve la creación, Ella permanece sola teniendo encendida la llama de la fe, esperando contra cualquier esperanza en la la Resurrección de Jesús. En la gran Vigilia Pascual, celebramos a Cristo resucitado, centro y final del cosmos y de la historia; estamos despiertos llenos de esperanza esperando su regreso, cuando la Pascua tendrá su plena manifestación. A veces la oscuridad de la noche parece penetrar en el alma; a veces pensamos: "Ya no hay nada que hacer", y el corazón no encuentra la fuerza para amar. Pero precisamente en esa oscuridad Cristo enciende el fuego del amor de Dios: La piedra del dolor se ha volcado dejando espacio a la esperanza. ¡Este es el gran misterio de la Pascua! En esta noche santa la Iglesia nos entrega la luz del resucitado, para que en nosotros esté la esperanza de quien se abre a un presente lleno de futuro: Cristo ha vencido y nosotros con Él.

Papa Francisco



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