¡PENSAR ES GRATIS, NO HACERLO SALE CARÍSIMO!
“¿Qué salisteis a contemplar en el desierto?”. Jesús encadena seis
preguntas seguidas, repitiendo tres veces “¿Qué
salisteis a contemplar en el desierto?”. No recuerdo ninguna otra escena
del evangelio donde Jesús haga seis preguntas seguidas.
Alguna cosa nos
estará diciendo Jesús con esto. Jesús con la pregunta nos lleva a mirar nuestro
interior... “¿qué has salido a contemplar
en el desierto?”. Traducida por nosotros sería... ¿qué estás buscando? ¿qué
esperas?. Y cuando Jesús te lo pregunta tres veces, será preciso responder... Pregúntatelo...
Nos hace bien, mucho bien, mucho
bien, pararnos, mirar nuestro interior, preguntarnos, pensar,... Es algo que
nos humaniza, pero una cosa que hoy hacemos poco... Es curioso que aquello que
nos distingue como seres humanos, la capacidad de reflexionar, de mirar dentro de
nosotros, de proyectar el futuro, hoy en día sea tan poco utilizada. Estamos
anoréxicos de reflexión, de silencio. Tenemos tantas cosas a hacer, tantas prisas,
tanta pereza, tanta rutina, que no nos paramos y pensamos. ¡Pensar es gratis,
no hacerlo sale carísimo!
La calidad de tu vida es
proporcional a la calidad de las preguntas que te hagas a ti mismo.
No pienses, no te pares, y no
serás tú quien controle tu vida, sino la vida, que te controlará a ti...
Quizás, por todo esto hay poca
alegría en nuestra vida. Quizás, por esto el domingo “Gaudete” no es “Gaudete”.
Quizás, por esto estas fiestas serán unas fiestas más.
¿Qué estás buscando? ¿qué esperas?.
Pregúntatelo porque es preciso hacerlo para que la Navidad “funcione”.
Si no buscas nada... nada encontrarás
Si no esperas nada... nada obtendrás...
Segunda idea, seguimos avanzando
en la reflexión. Preguntan a Jesús... “¿Eres
tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”
Realmente, ¿lo esperamos? ¿Estamos
esperando a Jesús? o ¿esperamos otro, u otra cosa? ¿O en realidad no esperamos nada?
Si Adviento es el tiempo de espera tendríamos que tener muy claro que realmente
le estamos esperando...
¡Si miras en tu interior, lo esperarás!...
¡¡Aquí está la clave!! Si te paras, si te
haces preguntas, si miras tu mundo interior, entonces descubrirás en ti una
necesidad de su presencia, y lo esperarás... Por esto Jesús dirige la
pregunta...
En la primera lectura hemos escuchado:
“Decid a los cobardes de corazón: Sed
fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite;… y os salvará”.
Después de mirar tu mundo interior dile a tu corazón: tranquilo, no temas, el
Señor viene, para bendecirte, para salvarte.
Y de aquí nace la alegría. Es
la alegría que nos quería manifestar la primera lectura, donde utiliza palabras
como: “alegría”, “gozo”, “gloria”.
En la oración colecta de este domingo hemos rezado diciendo: “Concédenos llegar a la Navidad, fiesta de
gozo y salvación, y poder celebrarla con alegría desbordante”. El Señor
viene, para bendecirte, para salvarte. Cómo no estar alegres.
Alegría porque su venida es
real, no es virtual, no hacemos teatro. La liturgia tiene esta capacidad de hacer
que Él venga. Por tanto, ante la inminencia de su venida nos hemos de alegrar… Venida real =
Alegría real.
¿Qué salisteis a contemplar en
el desierto? ¿Qué estás buscando? Mira en tu interior y descubrirás la gran
necesidad de que el Mesías venga a ti.
Francesc Jordana
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