Testimonios de Ejercicios

Como anunciábamos hace unos días, en este mes de agosto, del 10 al 14,  hemos tenido una hermosa tanda de Ejercicios acompañada por el P. Hernán Pereda y la Hna. Mª Lourdes. 
Compartimos algunos de los testimonios de la clausura:
- Estos días me han servido mucho para crecer en la fe, y encaminarme en el seguimiento del Señor
- No hay dos tandas de Ejercicios iguales. Este año he visto las cosas más claras. He visto que no soy libre para seguir al Señor, que tengo cosas que me lastran
- Hace bastantes años que no hacía Ejercicios y ha sido una experiencia buenísima. Es una manera de ventilar los rinconcitos para poner cada cosa en su lugar.
- Uno de los frutos de estos Ejercicios es recordar la jaculatoria que tanto decía mi madre: Jesús, José, y María.
- Hemos aprendido mucho de las Sagradas Escrituras, Ayuda mucho el saber más sobre esto, sobre los orígenes de la Eucaristía, para la importancia y solemnidad de este acto. En una lectura que he hecho de San Agustín me ha tocado mucho la frase: "No serás tú quien me transforme en ti, sino Tú que te transformarás en Mi"
- Es la primera vez que hago esta experiencia y ha sido fantástico, un gran regalo.
- Vine enferma, muy floja. Se ha producido en mí una gran transformación hasta en la salud del alma. La presentación vivencial de la Misa me ayudará sin duda a vivir las demás Eucaristías. Me ha impresionado la Hora Santa en Getsemaní, también el acercamiento a la Sagrada Familia en Nazaret. Hemos vivido una atmósfera de complicidad, afectividad, simpatía que se ha creado.  Una verdadera vida de fraternidad, que no era un simulacro.
- Hemos asistido a auténticas clases de Teología. Fue algo hermoso. No necesitábamos hablar para comunicarnos. Salgo con mucha felicidad, tranquilidad, pues estamos en las manos de Dios.
- Sólo el Señor nos puede curar de ciertas cosas. Cada año somos diferentes, y cada año el Señor nos sana, de manera diferente. Cada vez me fío menos de mí misma y más de Dios
- Siendo la misma experiencia del año pasado, no es la misma. Voy conociendo más profundamente al Señor. La Historia sagrada no se ha concluido: aún somos los protagonistas. He sentido una alegría especial de saberme hijo amado de Dios para seguir  por sus caminos. He admirado mucho la coherencia que existe en la Biblia.

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