Con olor a oveja
Tenemos mucho atraso del mes en compartiros lo que vamos viviendo: tanda de Ejercicios, peregrinación diocesana con los jóvenes a Avila...
Vamos hoy con un testimonio que nos envía el P. Cueto sobre uno de nuestros Padres franceses, que ha pasado la mayor parte de su sacerdocio como misionero en el Brasil
"El día 15 de agosto, fallecía, en la casa Nazareth, Chabeuil
(Francia), el P Jacques Schvartz , Cooperador Parroquial de Cristo Rey, tras
una larga enfermedad degenerativa.
Nacido en Antony (alrededores de París), Francia
en 1942, ingresó en la Congregación en 1962 y fue ordenado sacerdote en 1974. Tras
diez años de apostolado en la misma comunidad en la que el Señor ha venido a
llevarle consigo, se trasladó a un pueblecito de Brasil, Rio do Pires (Baía),
en sustitución de un amigo sacerdote que le conocía bien y sabía el atractivo verdaderamente
irresistible a ser apóstol de los más
pobres que le dominaba.
Allí ha ejercido su sacerdocio como párroco durante 29
años, llevando adelante además 40 comunidades eclesiales de base verdaderamente
católicas, muy distantes de la población central y muy distantes unas de otras,
dotándolas de capilla propia y formando a los seglares responsables de las
mismas.
La vida del P. Jacques ha sido la de un pobre voluntario por
Jesucristo, evangelizador y amigo de los pobres. Su casa estaba siempre
abierta; en cualquier momento se podía entrar en ella en búsqueda de ayuda
tanto espiritual como material.
En su entierro se ha podido decir de él que ha
anticipado en su parroquia el ideal del Papa Francisco de ir a las periferias
existenciales y que olía realmente a oveja. Conocía a sus ovejas y éstas le
conocían muy bien a él y le amaban a pesar de que era no sólo amable, sonriente
y humorista, sino también exigente.
Le consideraban su santo pastor y se
oponían con todas sus fuerzas a que se le diese otro destino en la diócesis.
Cuando la enfermedad que le ha llevado a la tumba comenzó a manifestarse, su
Obispo pensó en aliviarle, dándole un cargo más llevadero, pero el pueblo se
opuso presentándose en masa ante él para decirle que si les quitaba el P.
Jacques, no aceptarían otro, y obligándole con ello a desistir.
Su dinamismo apostólico se apoyaba en una vida interior intensa; de
todo lo que tenía que vivir se nutría su oración y a ella recurría siempre a la
hora de tener que tomar una decisión. Es más, su aspiración más constante fue la
de orar siempre, como ha testimoniado su director espiritual.
Sus últimos días han manifestado su humildad, su paciencia y
docilidad, a pesar de la repugnancia que algunos de los tratamientos médicos e
higiénicos le producían. Hubiese deseado no tener necesidad e incluso
posibilidad de ellos. No eran los de los pobres.
En una representación del Misterio Pascual |
Su partida ha dejado en la comunidad y en sus familiares y amigos más
alegría y consuelo espiritual que dolor. Que descanse en la paz del Señor y, en
la Comunión de los santos, nos obtenga la gracia de seguir sus pisadas, cada
cual dentro de la condición y vocación propia.
Lo encomiendo a mis oraciones
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